Este pasado miércoles 17 de junio, el portavoz socialista en la Comisión de Fomento, Juan Luis Gordo, ha reiterado a la ministra de Fomento, Ana Pastor, que retire el proyecto de Ley del sector ferroviario “por precipitado e inconsistente y por contener lagunas importantes en lo referente a los aspectos materiales”.
Esta petición se sitúa en la misma línea que la efectuada por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en una reciente reunión que mantuvo con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y en la que le pidió que retirase cuatro proyectos de ley, entre los que figura éste por su “complejidad, importancia y trascendencia”.
Juan Luis Gordo ha indicado que su partido comparte, además, las críticas formuladas por el Consejo de Estado, en el informe preceptivo que se le solicita con carácter de urgencia en relación con este proyecto de ley, y en el que se califica la tramitación del anteproyecto de "precipitada y que aun habiéndose cumplido numerosos trámites, no puede ignorarse que la audiencia a las organizaciones interesadas y los informes recabados lo han sido con tal premura y brevedad de plazo para ser evacuados, que la mayor parte de los solicitados no han sido emitidos o lo han sido tardíamente”. Así como en lo relativo a “la ausencia de un estudio económico del impacto que dicha regulación comportará”.
En lo referente a los aspectos materiales, el portavoz socialista de Fomento ha explicado que existe una "clara contradicción" entre los objetivos que públicamente defiende el Gobierno para acometer la reforma y el contenido del proyecto. Así, mientras públicamente se citan como objetivos conseguir un incremento de la oferta, lo que se traducirá en una mejora de la calidad y de la accesibilidad, "el contenido del proyecto persigue precisamente lo contrario, recortar oferta, calidad y accesibilidad al ferrocarril cuando criterios de simple rentabilidad económica lo aconsejen”, ha señalado Gordo.
Igualmente, ha destacado que el proyecto de ley continúa en la senda de la liberalización del transporte de viajeros iniciada por el Ejecutivo, “sin esperar a que la apertura del citado transporte a la competencia se exija en el entorno europeo", lo que puede colocar a Renfe, según ha advertido Gordo, en una "posición de riesgo" ante la entrada anticipada en el mercado nacional de transporte ferroviario de viajeros de empresas competidoras.