El proyecto de ley de Reforma del Sector Ferroviario, ha iniciado este jueves 24 de junio su tramitación parlamentaria al haberse rechazado, por votación en el Congreso de los Diputados, las enmiendas de totalidad presentadas por cinco grupos políticos.
Las enmiendas de devolución, presentadas por PSOE, Izquierda Plural, PNV, BNG y ERC se han votado conjuntamente, y el Pleno las ha rechazado por 122 votos a favor, 186 en contra y cinco abstenciones.
Además, la avocación al Pleno también ha sido rechazada por 142 votos a favor, 170 en contra y ninguna abstención, por lo que ahora la Reforma del Sector Ferroviario continuará su tramitación en la Comisión de Fomento y pasará directamente al Senado.
Según defienden desde el Gobierno, esta reforma consolida el rigor en la planificación y construcción de nuevas infraestructuras, crea un nuevo marco jurídico para el sector ferroviario y adapta la normativa a la creación de la Agencia de Seguridad Ferroviaria.
En el apartado concreto de la planificación ferroviaria, la nueva norma exige que existan las fuentes de financiación suficientes para llevar a cabo los proyectos. Para garantizarlo, se establece un sistema en el que tanto el Ministerio de Fomento como los administradores de las infraestructuras deberán colaborar para alcanzar los objetivos y asegurar las aportaciones económicas.
La nueva reforma del sector ferroviario también anula el canon de acceso a la red y la bonificación de la puesta en marcha de nuevos servicios ferroviarios, e introduce modificaciones para mejorar la competitividad del transporte ferroviario de mercancías, según indican desde el Ejecutivo.
En lo que respecta al apartado de la seguridad ferroviaria, destaca la creación de la nueva Agencia de Seguridad Ferroviaria, independiente de los administradores de infraestructuras, empresas ferroviarias o entidad adjudicadora.
Enmiendas a la totalidad
En cuanto a los argumentos que han motivado la presentación de las enmiendas para la devolución al Gobierno de esta Ley, el Grupo Socialista argumenta que el texto ha sido tramitado con urgencia y no se ha contado con todos los informes necesarios para redactar la reforma.
En concreto, el Psoe critica que no haya un informe sobre el impacto económicode la nueva regulación. Además, y en cuanto al contenido material, rechaza el texto porque recorta oferta, calidad y accesibilidad al ferrocarril y continúa con la senda de liberalización del transporte de viajeros.
Por su parte, la Izquierda Plural cree que la desmedida apuesta por la alta velocidad es un despropósito, y deben priorizarse los servicios de cercanías. Además, este grupo critica que el Gobierno centre sus esfuerzos en que el transporte ferroviario sea competitivo, en lugar de que cumpla niveles máximos de calidad, seguridad y fiabilidad.
Desde el PNV creen que esta reforma choca con las competencias del País Vasco, por lo que han citado diversas sentencias del Tribunal Constitucional en su enmienda.
El BNG, por su parte, fundamenta su enmienda de devolución en que la reforma no hace una revisión crítica del modelo ferroviario, sino que acentúa su evolución hacia una mayor privatización, y propicia un desarrollo desigual de las infraestructuras ferroviarias.
Por último, ERC también critica la liberalización del sector, y cree que el Ministerio de Fomento se atribuye la competencia para regular aspectos que no le corresponden.