Durante años se ha hecho mucho ruido sobre la inminente sustitución de las personas por robots en muchos sectores. La realidad es que no es más que ruido. La tecnología robótica simplemente no está en un punto en el que las máquinas puedan sustituir a las personas por completo. Las operaciones que requieren mucha mano de obra, como el ensamblaje y el almacenamiento, están mejor atendidas con un enfoque de "luces encendidas" que reconozca que el modelo que mejor funciona es el que combina las máquinas con el talento humano para mejorar la productividad, la eficiencia y la calidad.
Máquinas como los robots móviles autónomos, AMRs, eliminan el tiempo que pierden las personas corriendo de un lado para otro y reducen la carga de tareas que requieren movimientos repetitivos y a veces perjudiciales. Los robots permiten a las personas centrarse en lo que mejor saben hacer: utilizar su destreza, resolver problemas, identificar oportunidades de innovación y asegurarse de que el trabajo se hace bien.
El último estudio Zebra Warehousing Vision Study destaca que, para quienes trabajan en un entorno de almacén, el modelo es eficaz. Los empleados que trabajan con AMRs confirman que han visto los beneficios. Los encuestados declaran que los AMRs han ayudado a aumentar la productividad y reducir el tiempo de desplazamiento (83%), reducir los errores (73%), y permitir el avance a nuevas funciones u oportunidades (65%).
Sin la ayuda de los robots, los humanos no van a poder seguir el ritmo de las demandas del comercio mundial. Las personas sencillamente no pueden trasladar mercancías -materias primas o productos acabados- del punto A al punto B con la rapidez suficiente. Con la automatización robótica, las empresas de la cadena de suministro harán algo más que mantener el ritmo: reforzarán la agilidad y el rendimiento incluso en los momentos de transición.
[sumario]Sin la ayuda de los robots, los humanos no van a poder seguir el ritmo de las demandas del comercio mundial.[/sumario]
Empezar por las tareas y después pasar a los procesos
El camino más rápido para rentabilizar la inversión en AMRs es buscar y empezar por las tareas sin valor añadido que realiza el personal. En el almacén, hay muchas. Desde descargar el inventario entrante hasta recorrer kilómetros entre pasillos y zonas para encontrar, recoger y empaquetar pedidos o transportar el reciclaje, todas ellas son tareas para las que los robots están mucho mejor preparados. Liberar a las personas de la necesidad de mover materiales elimina la pérdida de tiempo, energía y talento y permite aumentar la productividad y la eficiencia.
A medida que la automatización se generaliza, los clientes reconocen que las soluciones puntuales no son suficientes. Ya no preguntan: "¿Cómo puedo automatizar esta tarea?", sino: "¿Cómo puedo automatizar este proceso?". Eso significa que las soluciones deben tener en cuenta la realidad del entorno: que hay muchos pasos en cualquier proceso, con muchos dispositivos implicados.
Hay que centrarse en soluciones que orquesten y coordinen todos esos dispositivos y actividades para que trabajen juntos y agilicen el proceso. Por ejemplo, un empleado que utiliza un dispositivo portátil recibe información sobre un pedido entrante. Utilizando su terminal portátil o wearable, se reúne con un AMR en un punto de recogida. El robot autónomo recibe el artículo del empleado que ya lo ha recogido y lo lleva al punto donde puede embalarse y enviarse. De este modo, los dispositivos pueden coordinar las distintas acciones y mejorar la productividad y el rendimiento.
[sumario]Liberar a las personas de la necesidad de mover materiales elimina la pérdida de tiempo, energía y talento y permite aumentar la productividad y la eficiencia.[/sumario]
En otro ejemplo, Bespoke Manufacturing Company, que produce artículos de moda y textiles a medida y bajo demanda y reduce los residuos de moda en un 99%, utiliza escáneres industriales fijos y AMR para gestionar la entrega de las materias primas necesarias para completar un pedido a la línea de producción. Un software avanzado dirige el AMR para que entregue justo lo que se necesita para completar el artículo, eliminando pasos que son innecesarios, agilizando los flujos de trabajo de producción y la entrega al cliente.
El software es para robots y trabajadores
En el almacén, cuestiones como qué robot transporta qué pedido, cuántos artículos o pedidos están asignados a ese robot, cuál es la mejor ruta que debe seguir para ejecutar completamente el pedido —desde la recogida hasta el embalaje y la expedición—, son fundamentales para completar los pedidos de forma rápida y eficaz.
Para obtener esas respuestas —y muchas otras—, necesarias para que la operación funcione como debe, se requiere un software innovador capaz de analizar innumerables variables y tomar las decisiones óptimas.
El software actúa como el cerebro que hace que el hardware robótico realice de forma óptima el flujo de trabajo. Con demasiada frecuencia, las empresas de robótica se centran únicamente en abordar lo que el robot tiene que hacer e ignoran el resto. La automatización robótica puede integrarse en un sistema de gestión de almacenes y orquestar tanto las tareas automatizadas como las manuales, coordinando a los trabajadores humanos y a los robots para que actúen juntos de la mejor manera.
Para ello, se necesita un software que no se fije sólo en las personas o sólo en los robots, sino que apoye simultáneamente la actividad de picking automatizada y la manual, sin necesidad de reconfigurar o renovar el espacio existente ni de equipos o infraestructuras adicionales, como jaulas de seguridad. El software asigna dinámicamente a la modalidad más eficiente, ya sea sólo personal, sólo robots o una combinación de ambos.
Los equipos de operaciones necesitan soluciones que optimicen tanto lo que hacen los robots como lo que hacen las personas. Esto es así hoy y lo seguirá siendo durante mucho tiempo. Eso significa colaboración "con las luces encendidas" para que las personas puedan hacer su mejor trabajo.