Manhattan Associates ha analizado las tendencias del sector relacionadas con el metaverso, que se perfila como uno de los ecosistemas emergentes más prometedores, pues según predice la consultora Gartner, el 25% de las personas pasarán al menos una hora al día en el metaverso en 2026.
En este contexto, las empresas están avanzando hacia nuevos modelos comerciales, con el fin de adaptar el e-commerce al metaverso para ofrecer una nueva experiencia de compra on-line que permitirá comprar ítems digitales, pero también artículos que recibir en casa o recoger en tienda.
Las marcas buscan así conectar el entorno 'online' y el 'offline' para ofrecer una experiencia 'phygital', en línea con los cambios que se han producido en el comportamiento del consumidor.
En este sentido, aunque la pandemia ha traído consigo un fuerte crecimiento del e-commerce, casi el 40% de los consumidores no va a dejar de acudir a los comercios tradicionales. No solamente eso, sino que el 38% de dichos consumidores incluso prefiere la experiencia en tienda.
Es por este motivo por el que las tiendas se esfuerzan por ofrecer una experiencia al cliente que le permita experimentar las mismas sensaciones en ambos formatos: mismas opciones, mismas condiciones y mismo catálogo.
La experiencia phygital
Los deseos de los clientes varían constantemente y actualmente están muy enfocados en la inmediatez, personalización y diversificación de canales. De esta necesidad, surgen tecnologías que permiten ofrecer ventajas y servicios nuevos, como pantallas interactivas, compras en transmisiones en vivo o fórmulas de autopago.
A pesar de que el uso de tecnologías mejora la experiencia del cliente en gran medida, es importante no perder de vista el lado humano de la compra. La presencia de responsables de tienda o de empleados en las cajas para facilitar la cercanía con el cliente es algo que cobra mucha importancia.
El sentido absoluto de la experiencia phygital radica, entonces, en ofrecer lo mejor de cada mundo. Para que esto sea posible, todas las partes de la cadena, desde la logística hasta el punto de venta, deben coordinarse para garantizar transparencia, seguridad, procesos de compras o devoluciones ágiles, entregas rápidas, múltiples opciones de entrega o recogida, etc.
