Desde el Gobierno aseguran que no hay voluntad de seguir adelante con el encargo por parte del armador holandés.
Tanto el Gobierno Central como la administración vasca han centrado sus esperanzas en el armador holandés Van Oord para evitar el cierre del astillero La Naval, aunque la situación, según indican, "es tremendamente complicada".
Mantener el encargo de la draga en las instalaciones permitiría mantener la actividad durante unos meses más y evitaría su liquidación, pero el operador no está dispuesto a seguir adelante si el proyecto no cuenta con un inversor que realice una inyección de capital.
"Estamos abriendo otras vías, sin cerrar esa, porque acabar la draga es la mejor solución para mantener el empleo durante 20 meses", ha explicado la ministra de Industria, Reyes Maroto, que asegura que no hay voluntad por parte de Van Oord, que está poniendo muchas trabas.
De momento, siguen resolviendo sus peticiones, pero son conscientes de que cada vez que logran satisfacer sus necesidades, les plantea nuevos requisitos. Esto les ha llevado a hablar con otras empresas para poder terminar la draga en Sestao, pero igualmente necesitarían su aprobación.
La opción de terminar la construcción en otras instalaciones ha quedado descartada, puesto que lo que se busca es precisamente la continuidad de La Naval. Una tercera vía, a la que el Gobierno no pretende recurrir, sería liquidar la empresa y buscar un inversor, lo que implicaría un ERE de extinción.
Desde CCOO, han reclamado una acción concertada interinstitucional para tratar de rescatar el astillero y garantizar tanto la inversión como un futuro plan de desarrollo. Para ello, es necesario que se impliquen el Gobierno Vasco, los Ayuntamientos implicados, el Ejecutivo central y las instancias europeas.