La infraestructura ha supuesto una inversión de 1.000 millones de euros.
El Consejo de Ministros ha aprobado rescindir a ACS y Eiffage el contrato que lograron en 2003 para la construcción y posterior explotación del túnel del Pertús, que conecta España y Francia mediante la alta velocidad.
Los dos países, que han alcanzado un acuerdo para la gestión de esta infraestructura, tienen previsto asumir su explotación a través de una sociedad conjunta participada por Adif y su homólogo francés, SNCF-Réseau.
La nueva empresa, Línea Figueras Perpignan (LFP) se hará cargo de un tramo de AVE de 44,4 kilómetros de longitud, que discurre entre la localidad gerundense de Figueras y la ciudad francesa de Perpignan, y que incluye un túnel de 8,3 km bajo los Pirineos.
Así, el Ejecutivo ha confirmado que se seguirá prestando el servicio, pese a que en septiembre TP Ferro, la compañía que gestionaba el túnel, no superara el concurso de acreedores en que estaba inmersa y se viera abocada a la liquidación.
La banca no aceptó el plan que las constructoras plantearon para reestructurar y abonar la deuda de 557 millones de euros que soporta el túnel de este primer AVE transfronterizo.
La infraestructura supuso una inversión de 1.000 millones de euros y está considerada una de las mayores obras de ingeniería civil. Sin embargo, los retrasos acumulados en su puesta en servicio, así como en la conexión con la red de alta velocidad de los dos países, y el limitado tráfico de trenes que registra, han provocado la quiebra del túnel.
En este contexto, cabe destacar que a lo largo de los últimos años, ACS y Eiffage han emprendido tres arbitrajes internacionales para reclamar distintas cantidades a España y Francia. Uno de ellos lo perdieron, el otro decayó y el tercero está pendiente de resolución.