El gobierno ha puesto en marcha a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente una nueva edición del Plan PIMA Aire, con el objetivo de impulsar la renovación del parque de vehículos comerciales de nuestro país, el cual ha alcanzado una edad media de 12,5 años.
Los planes PIMA forman parte de una estrategia global para reducir significativamente las emisiones, a través la renovación del parque de vehículos y su sustitución por modelos más eficientes y de menor impacto ambiental.
Se basa en ayudas directas a aquellos que adquieran vehículos comerciales, motocicletas y ciclomotores eléctricos e híbridos y de bicicletas de pedaleo asistido por motor eléctrico.
Los principales beneficiarios de esta medida serán profesionales, empresas, pymes y autónomos, que podrán renovar sus flotas introduciendo en el parque vehículos más eficientes, seguros y en las mejores condiciones económicas.
Iniciativas como ésta profundizan en la estrategia para la reducción de forma significativa de las emisiones de contaminantes atmosféricos y pretenden cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones.
Asimismo, colabora al impulso de la actividad económica al potenciar una actividad industrial con un gran peso en España.
Menos presupuesto que sus predecesores
Tanto el primer plan PIMA, lanzado a principios de 2013, como el segundo, cuya vigencia empezó el pasado octubre, tuvieron una partida presupuestaria de 38 millones de euros.
Esta tercera edición tiene un presupuesto inicial de cinco millones de euros que se podría ampliar hasta los 30 millones si la iniciativa tuviera una demanda positiva durante el presente ejercicio. Teniendo en cuenta que el anterior plan agotó sus fondos tres meses antes de lo previsto, es probable que así suceda.
Faconauto (Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción), querepresenta un total de 2.649 concesionarios de turismos y 311 vehículos industriales, ha acogido positivamente la renovación del Plan PIMA.
La patronal defiende que el mismo favorecerá la actividad comercial de los concesionarios, lo que se traducirá en un aumento de las matriculaciones en el canal de empresas, el que más ha sufrido el “parón” de ventas de los seis últimos años. Además, está segura de que el plan propiciará la fabricación de comerciales ligeros en las factorías de nuestro país, el primer productor europeo de este tipo de vehículos.
Dado que desde la patronal entienden que el tercer PIMA se agotará pronto, por la cartera de pedidos que aflorará en cuanto entre en vigor, esperan que se le vaya dando continuidad presupuestaria a lo largo de todo el ejercicio.
Por parte de Ganvam, la asociación que representa a 4.600 concesionarios y servicios oficiales y 3.000 compraventas, su presidente Juan Antonio Sánchez considera que el plan, que vuelve a su esquema inicial, consolidará también la demanda de comerciales y furgonetas, que empieza a despegar tras dos años de caídas, a juzgar por la subida de casi el 11% registrada en 2013.
En cualquier caso, la patronal echa en falta las ayudas al comercial usado, a sabiendas de que son ya muchos los profesionales que están recurriendo al mercado de segunda mano para renovar sus flotas, lo que les permite arrancar o continuar con su negocio.