Ante la inminente entrada en vigor de normativas muy exigentes en cuanto a emisiones a la atmósfera de CO2, SOx y NOx, “el uso de GNL como combustible es sin duda el principio de una nueva era en el transporte marítimo”.
Esa es, al menos, la opinión que el ingeniero y arquitecto naval Jorge Zickermann de Lancastre, director de Transporte Marítimo de Gas Natural Fenosa, ha trasladado en una de las entrevistas que La Real Liga Naval realiza para sus asociados.
Según explica Zickermann, los buques gaseros consumen desde siempre el gas natural evaporado naturalmente en sus tanques de carga en su propulsión, si bien ahora son los armadores de otros tipos de buques quienes se están dando cuenta de las ventajas que el GNL proporciona como combustible alternativo que cumple con la legislación futura.
Así, armadores de ferries, cruceros, portacontenedores y petroleros ya están adoptando esta tecnología y están firmando contratos de GNL como bunker con operadores de GNL.
“Siempre que la industria marítima ha adoptado un nuevo combustible se han visto procesos de transformación importantes en las flotas y en los puertos”, señala el director, pero en este caso el sector se beneficia de la experiencia de operadores de la industria gasista que llevan muchas décadas comercializando, transportando y consumiendo GNL en sus buques como combustible.
Nuevas normas internacionales
Tal y como recuerda Zickermann, en 2018 entra en vigor la norma europea que obliga a seguir, notificar y verificar las emisiones de dióxido de carbono de los buques, mientras que en 2020 la OMI limitará el contenido de azufre en los combustibles marinos a un máximo de 0,5%.
En este contexto, los armadores de buques gaseros deberán realizar cambios menores a bordo para adaptarse a dichas normas. Sin embargo, otros tipos de buques sufrirán una transformación más profunda al requerirse la instalación de tanques de GNL, equipos de vaporización y motores duales que puedan consumir gas.
Estas transformaciones son costosas y los armadores deben analizar el retorno de la inversión con cuidado. En el caso de buques de nueva construcción, incorporar los equipos de GNL es mucho más sencillo. Los armadores ya optan en gran mayoría por tener los buques de nueva construcción “gas-ready” para reducir al mínimo el impacto de transformaciones futuras. Así, aunque no estén preparados para pasar al GNL ya, por lo menos podrán hacerlo con facilidad en el futuro.
Para el directivo de Gas Natural Fenosa, esta es una opción que ningún armador debería descartar. Luego, es muy importante que el armador trabaje con un operador logístico de GNL explicándole sus necesidades de consumos, puntos de suministro y autonomías y solicitando soluciones y precios de suministro.
Esa colaboración es necesaria porque el suministro de GNL requiere una logística especial, que solo empresas especializadas pueden hacer.
