La Cámara Naviera Internacional, ICS, ha advertido de que la sobrecapacidad y las tasas de carga excesivamente bajassiguen constituyendo el principal desafío de la industria marítima una década después de la crisis mundial de 2008.
En aquel entonces, las navieras necesitaban limitar los pedidos de los buques de nueva construcción, pero esa necesidad es ahora más fuerte que nunca, teniendo en cuenta la amenaza que supone el proteccionismo y la ralentización del crecimiento en algunas de las economías más importantes.
Los operadores tendrán que tomar sus propias decisiones respecto a la incorporación o no de nuevo tonelaje, pero las opiniones están divididas. Algunos creen que el proceso de globalización debería continuar su curso y otros se plantean si la ralentización experimentada representa un cambio estructural permanente.
De cara a 2019, las perspectivas para la economía y la demanda del transporte marítimo parecen haber empeorado. Los pedidos de buques se han reducido un 14% en 2018 en términos de tonelaje, aunque la caída ha sido del 17% desde el año 2008, lo que sugiere que la mayoría han resistido la tentación de realizar demasiados encargos.
De hecho, a principios de año, los pedidos se mantenían estables, representando en torno a un 10% de la flota actual. Sin embargo, la reticencia de los países asiáticos, donde se construyen la mayoría de los buques, a tratar de reducir la sobrecapacidad, sigue constituyendo un problema muy serio.
El ICS está dispuesto a impulsar un acuerdo para eliminar las distorsiones en el mercado de la construcción naval que contribuyen a la sobrecapacidad, aunque aún no está claro si China participará activamente. En cualquier caso, desde la Cámara aseguran que a largo plazo la demanda del transporte marítimo internacional se mantendrá al alza, en línea con el crecimiento de las economías emergentes.
Reciclaje de buques
Igualmente, la decisión de reciclar los buques más antiguos es fundamental para mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda. La buena noticia es que un número importante de incertidumbres normativas que han complicado la toma de decisiones sobre cuándo es mejor hacerlo, se han resuelto por fin.
Además, aunque aún se desconoce el coste total que supondrá el cumplimiento de la nueva regulación de la OMI en cuanto al contenido de azufre en el combustible, la situación se aclarará muy pronto, dado que entrará en vigor en enero de 2020.