El Euro 7 podría aumentar los costes de fabricación hasta diez veces más de lo estimado

Acea calcula que el sobrecoste de la norma Euro 7 sería de cerca de 12.000 euros para camiones y de unos 2.000 euros para furgonetas.

24/05/2023 a las 7:43 h

La patronal automovilística europea Acea ha revelado las conclusiones de un estudio que afirma que la propuesta Euro 7 sobre emisiones contaminantes provocaría un aumento de los costes directos entre cuatro y diez veces superior al citado por la Comisión Europea.

La investigación de Frontier Economics concluye que los costes por vehículo serán de unos 2.000 euros para coches y furgonetas con motor de combustión interna, y cerca de 12.000 euros para camiones y autobuses diésel, mientras que las estimaciones de la Comisión en su evaluación de impacto de Euro 7 son de 180-450 euros para coches y furgonetas, y 2.800 euros para camiones y autobuses.

Estas cifras comprenden únicamente los costes directos de fabricación y no se corresponden con los precios de compra, que podrían ser incluso superiores para los usuarios finales y, por tanto, es probable que los aumentos de precios sean superiores a las cifras citadas en el estudio.

Desde la Acea han señalado que con las actuales normas Euro 6/VI, la UE cuenta con las normas más completas y estrictas del mundo en materia de emisiones contaminantes y que las de escape ya están en un nivel apenas medible gracias a la tecnología punta de los vehículos.

Por otro lado, han recordado que la industria automovilística europea se ha comprometido a seguir reduciendo las emisiones en beneficio del clima, el medio ambiente y la salud, pero que la propuesta Euro 7 simplemente "no es la forma correcta de hacerlo", ya que tendría un impacto medioambiental extremadamente bajo a un coste extremadamente alto.

Además de los costes directos, la propuesta Euro 7 provocaría costes indirectos, como hasta un 3,5% más de consumo de combustible, lo que equivale a 20.000 euros más en el caso de los camiones de largo recorrido y 650 euros en el de los turismos y furgonetas.

Estos costes indirectos, junto a los mencionados directos, aumentarían el coste total de poseer un vehículo, lo que supondría una presión financiera adicional para los consumidores y las empresas.

 

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