El sector del transporte por carretera mira el cambio de denominación de Fomento para pasar a ser el nuevo y flamante Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana como un espejismo que, pocos días después de la formación del nuevo Gobierno, le ha devuelto a la dura realidad.
De bien poco ha servido el cambio de nombre del Departamento que sigue dirigiendo José Luis Ábalos para que, primero, la DGT impusiera su criterio en las restricciones al tráfico de vehículos pesados que estarán en vigor todo este ejercicio, y, poco después, la propia DGT, al alimón con el Ministerio de Transportes, mantenga el desvío de camiones en la AP-68a su paso por La Rioja, sorteando a los Tribunales.
Precisamente estas dos maniobras han llevado al Comité Nacional de Transporte a ponerse de acuerdo en su última reunión de la semana pasada para solicitar una reunión urgente al ministro de Transportes para mostrarle su malestar y pedir una mayor coordinación.
Que se tenga en cuenta su criterio
Los transportistas quieren que su criterio sea tenido en cuenta en todas aquellas normas legales que le afectan, algo de particular importancia toda vez que el Ejecutivo, declarada la emergencia climática en el país, se apresta a trabajar con celeridad en el proyecto de Ley de Cambio Climático y la definición de la senda de descarbonización, con Transportes, por su parte, también trabajando en la Ley de Movilidad.
Además, el sector también quiere recordar al ministro, que sigue pendiente el cumplimiento de las doce medidas planteadas en diciembre de 2018, aunque, al otro lado de la mesa, se va a encontrar con un interlocutor que, además de en el Departamento que dirige, juega un papel crucial en el principal partido que sostiene al Gobierno, en las negociaciones con los integrantes de la coalición al frente del país y, según parece, también con implicaciones internacionales.