Memoria del Comité de Regulación Ferroviaria e Informe sobre el mercado y el sector ferroviario en España 2011que puede descargarse en este enlace(disponible en formato pdf, de 58 páginas, y de 4,2 Mb).
El apoyo y la colaboración del Ministerio de Fomento al Comité de Regulación Ferroviario (CRF) ha sido “casi nulo” en el algo más de año y medio que lleva funcionando de forma autónoma, según lamenta el presidente del organismo, Juan Miguel Sánchez, en la memoria anual sobre el sector de transporte ferroviario en 2011 que acaba de presentar.
En opinión de Sánchez, la Ley de Regulación Ferroviaria señala que el Ministerio de Fomento debe “atender todas las necesidades que tenga, que son decididas por el propio CRF”. Sin embargo, su responsable cree que este primer año, tal vez por la crisis y sus efectos devastadores en el presupuesto público, este encargo no se ha cumplido.
En la carta de presentación del informe, Sánchez también alerta de que en este tiempo, el CRF ha seguido igual que antes “en cuanto a la debilidad de la naturaleza jurídica que se la ha asignado, siendo un mero órgano administrativo colegiado, sin personalidad jurídica y sin recursos propios”.
Además, avisa de que esta memoria es la “primera” y, probablemente, “la última” que realice el organismo porque se está preparando un anteproyecto de Ley para la creación de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), organismo de regulación único donde se integrarían todos los actuales reguladores independientes que existen en España.
Independientemente de donde se ubique finalmente el CRF, Sánchez asegura que es necesario “dar pasos importantes, firmes y estables” con el objetivo de que se avance en la tarea “retrasada” de la regulación independiente ferroviaria en España y “su cada vez mayor presencia en la construcción del mercado ferroviario”.
Para poder seguir impulsando al sector ferroviario, el responsable del organismo, señala que hace falta una “gran dosis de capacidad de trabajo en común” con los dos grandes reguladores normativos, la Comisión Europea y el Ministerio de Fomento, con los demás reguladores ferroviarios europeos y “especialmente” con la actual Comisión Nacional de la Competencia.