El diseño de las baterías debería incluir ciertas barreras preventivas para que el fuego no se propague.
DNV GL ha lanzado un nuevo informe sobre la seguridad de las baterías de ión-litio utilizadas en los buques, en colaboración con las autoridades marítimas noruegas, danesas y estadounidenses, y diferentes fabricantes de baterías, astilleros y propietarios de buques, entre otros.
El documento evalúa los riesgos de explosión e incendio de estas unidades. En este sentido, valora la efectividad de los sistemas de extinción en caso de que se produzca un fuego, teniendo en cuenta que un incidente así puede llegar a provocar una explosión debido a los gases que generan las baterías.
Desde el año 2017, se ha realizado una investigación a fondo con todos los actores de la industria para comprobar lo que sucede durante un incendio en el compartimento de baterías, los gases generados y la utilidad de los sistemas existentes para la extinción del fuego y la prevención de las citadas explosiones.
Una de las averiguaciones principales tiene que ver con los sistemas de ventilación, fundamentales para evitar una acumulación de gas. El informe concluye que la ventilación por sí sola no sirve para reducir la acumulación de gas si arde una gran parte del sistema de baterías.
Por eso, el diseño de las baterías debería incluir ciertas barreras preventivas para que el fuego no se propague y las emisiones de gas puedan limitarse en la medida de lo posible. El informe establece algunas recomendaciones respecto a los sistemas de ventilación, identificando el tamaño apropiado y el tipo de ventilación necesaria según la batería instalada.
La detección temprana del fuego y el gas son básicos, por lo que los sensores deberían estar localizados lo más cerca posible de la batería. Existen numerosos diseños de baterías y por tanto, numerosas herramientas diferentes para reducir ciertos riesgos, que deben ser analizados en cada caso.