Se ha producido un cambio masivo en la opinión pública mundial y en los conocimientos sobre el cambio climático y el estado de la Tierra. Colectivamente, gran parte de la población mundial ha llegado a comprender la realidad: “nuestra supervivencia como especie está en peligro”. El cambio climático es un síntoma de la vida humana, lo que significa que también tenemos la capacidad de cambiar la nefasta trayectoria en la que nos encontramos.
Conscientes del impacto que pueden tener nuestras acciones, más de un tercio de las mayores empresas del mundo que cotizan en bolsa tienen objetivos de emisiones netas cero. Pero según el último informe 'Net Zero Stocktake', el 65% de los objetivos corporativos aún no cumplen las normas mínimas reporte sobre procedimientos. Además, de los 40 indicadores de transformación del sistema necesarios para limitar el calentamiento global en distintos sectores, ninguno va camino de alcanzar sus objetivos para 2030.
Establecer y alcanzar los objetivos de reducción será incluso más complicado en el futuro a causa de la rápida evolución de las normativas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
El complejo panorama normativo ESG
Año tras año, el panorama normativo ESG se hace más difícil de navegar a medida que siguen apareciendo normativas actualizadas.
En Estados Unidos, la Comisión del Mercado de Valores ha propuesto la "norma del emisor", que obligará a las empresas públicas a divulgar información sobre determinados riesgos relacionados con el clima y datos financieros que puedan afectar al negocio, así como perspectivas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, en todos los documentos públicos que presenten.
[sumario]Más de un tercio de las mayores empresas del mundo que cotizan en bolsa tienen objetivos de emisiones netas cero.[/sumario]
También han propuesto una "norma del inversor" para mejorar la divulgación de información por parte de determinados asesores y fondos sobre las prácticas de inversión ESG que llevan a cabo.
En Alemania, la próxima ley sobre la cadena de suministro impone amplias obligaciones a las empresas en materia de derechos humanos en la cadena de suministro. Desde el 1 de enero de 2023, las empresas deben realizar un análisis de riesgos en relación con sus propias actividades y relaciones comerciales dentro de la cadena de suministro para observar las obligaciones de diligencia debida en materia de derechos humanos y medio ambiente.
Las empresas que no se adhieran a las nuevas normativas se exponen a riesgos legales, a multas y a sanciones por incumplimiento. Así, las organizaciones internacionales deben adoptar un proceso continuo, proactivo y ágil destinado a lograr la descarbonización continua de la cadena de suministro.
El camino hacia la descarbonización de la cadena de suministro
Hasta el 90% de la huella de carbono de una empresa proviene de su cadena de suministro, pero la mayoría tiene dificultades para evaluar la actividad de sus principales proveedores. Para obtener una imagen completa de los resultados de sostenibilidad de una empresa y de su camino hacia la descarbonización, es esencial evaluar y medir lo que hacen los proveedores en su propia base de suministro.
Una forma de conseguirlo es acelerar la inversión en el seguimiento de la sostenibilidad de la cadena de suministro, incluidos los esfuerzos de reducción de carbono, como base para crear viabilidad a largo plazo. Muchas empresas también están considerando el uso de bonos de compensación de carbono, pero estos deben ajustarse a la norma SBTi net zero, que permite neutralizar sólo entre el 5 y el 10% de las emisiones mediante estos métodos.
Cuando se utilizan correctamente, los bonos de carbono son un medio necesario para garantizar que las empresas puedan alcanzar el cero neto compensando las emisiones inevitables una vez establecidas otras políticas de reducción de emisiones.
Pero para conseguir descarbonizarse de verdad, las empresas tienen que comprometerse con los proveedores. Las compañías pueden incluir a los proveedores en sus propios objetivos de reducción del Alcance 3; centrarse en la cadena de suministro significativa y en los puntos conflictivos de emisiones; desarrollar directrices para estandarizar la metodología interna de fijación de precios del carbono; y sustituir los productos o materiales adquiridos por alternativas de menores emisiones.
[sumario]Para obtener una imagen completa de los resultados de sostenibilidad de una empresa y de su camino hacia la descarbonización, es esencial evaluar y medir lo que hacen los proveedores.[/sumario]
Incluir a los proveedores en el proceso de descarbonización ha demostrado su eficacia. En una reciente acción conjunta de más de 100 grandes organizaciones de compras se han calificado más de 20.000 de sus proveedores en función de sus prácticas de gestión del carbono, incluidos compromisos, acciones e informes.
Estas calificaciones informan a los compradores sobre cómo adaptar las estrategias y los planes de acción para implicar a toda la cadena de suministro. Con las herramientas y los conocimientos adecuados, estas empresas están acelerando el compromiso y sentando las bases de programas climáticos de colaboración que se ajustan a las necesidades de sus proveedores y ayudan a generar conocimiento e impulso para la mejora continua del rendimiento.
Beneficios para las empresas y el planeta
Además de cumplir los requisitos nuevos o previstos de información sobre el clima, los beneficios para las organizaciones que colaboran estrechamente con sus proveedores en su proceso de descarbonización son innegables:
- Garantizar y optimizar el acceso al capital. Dada la atención que presta la comunidad financiera al riesgo climático, todas las empresas están sintiendo la presión de informar sobre los avances en sus compromisos. Además, la financiación sostenible de la cadena de suministro, los bonos o préstamos verdes y otras tendencias similares están aportando a las organizaciones comprometidas nuevas fuentes de capital, así como incentivos para mejorar su comportamiento medioambiental.
- Retención y atracción de consumidores. El estudio de Forrester sobre el estado del comprador estadounidense y la sostenibilidad medioambiental de 2022 reveló que el 38% de los adultos estadounidenses valoran más comprar a empresas y marcas que adoptan productos y prácticas sostenibles.
- Reclutamiento y retención de talento. Varios estudios muestran que los Millennials tienen muy en cuenta el propósito y los temas de sostenibilidad en el proceso de selección de empleo. La colaboración de los proveedores para mejorar la sostenibilidad puede ser un poderoso incentivo que ayude a captar nuevos empleados y a comprometer y retener a los existentes.
- Cadena de valor más resiliente. Por encima de todo, al comprometerse con los proveedores y hacerles partícipes de un proceso continuo de mejora y reducción de emisiones, se está construyendo una cadena de valor más resiliente. Esta estrategia contribuirá a mitigar los impactos sociales y medioambientales adversos en la cadena de valor ascendente, así como a ayudar a a cumplir la normativa ESG global.
Aunque impulsar los esfuerzos de descarbonización a través de unas cadenas de suministro mundiales cada vez más complejas constituye un reto evidente, es necesario para evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Con las herramientas y estrategias de compromiso adecuadas, las empresas y los proveedores pueden trabajar juntos para aplicar prácticas sostenibles que cumplan la normativa en evolución y contribuyan a lograr un impacto real sobre el cambio climático.