El transporte marítimo es responsable de la emisión de más de 150 millones de toneladas de CO2 cada año en la Unión Europea, un dato que se eleva a más de 1.000 millones a nivel global.
Es innegable que se trata de un sector casi enteramente dependiente del uso de combustibles fósiles, principalmente el fuelóleo pesado, como fuente de energía. También es indiscutible que la industria del transporte marítimo va muy por detrás de otros sectores en sus esfuerzos por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, intentar descarbonizar el transporte marítimo utilizando otro combustible fósil, como es el gas natural, tiene serios inconvenientes para Transport & Environment, pues el gas natural está compuesto en gran parte por moléculas de metano.
Según refiere la organización, además de producir CO2 cuando se quema, también es un gas de efecto invernadero por derecho propio, unas 80 veces más potente en este sentido que el CO2 en una perspectiva de 20 años.
Además, en la producción, transporte y almacenamiento de metano para su uso como combustible, una parte importante también se escapa a la atmósfera sin quemarse.
Esto significa que el uso de GNL en el transporte marítimo socavará el limitado margen de maniobra actual para mantener las temperaturas por debajo de niveles alarmantes en las próximas décadas.
Para debatir sobre todo ello y valorar la posición de España sobre la descarbonización del transporte marítimo, Transport & Environment organiza el día 4 de octubre un webinar en el que se analizará, entre otros asuntos, si seguirá dependiendo principalmente del GNL o priorizará el uso de combustibles renovables de origen no biológico, como hidrógeno verde, amoníaco verde o e-metanol.