Los datos son y serán la clave del éxito de cualquier empresa competitiva, grande o pequeña, durante las próximas décadas, por muy obvia que pueda sonar esta afirmación en pleno 2022. Al fin y al cabo, los términos usados para discutir y definir su importancia no han hecho sino aumentar en cuanto a vigencia, frecuencia de uso y reconocimiento en la empresa. Las organizaciones están buscando (y encontrando) un valor tangible y medible en la creación de una cultura de toma de decisiones basada en datos.
En este sentido, merece la pena recordar que la mayor parte de los datos que generamos tiene un componente geográfico: es una capa adicional de información tan ubicua como valiosa. Y no hay ningún sector donde esto sea más cierto que en la cadena de suministro. ¿Dónde se encuentra mi flota? ¿Cuál es la ruta óptima que debo elegir? ¿Dónde debería abrir un nuevo centro logístico?
Si analizamos estas preguntas, algunas de las más comunes en el sector, veremos que todas se pueden reducir al “dónde”. Todo proceso ocurre en un lugar exacto por una razón determinada: no por azar. Dominar esta razón nos da una ventaja competitiva y nos permite tomar decisiones más informadas y eficaces.
[sumario]La interoperabilidad permite que tomar decisiones sea más rápido, simple y automático que nunca.[/sumario]
Durante años, los planificadores de demanda, suministro y producción han utilizado datos históricos (de venta, de inventario…) e intuiciones para tomar decisiones. Sin embargo, esto conduce a un enfoque de gestión pasivo y la tecnología ofrece mayor interoperabilidad que nunca y posibilidades para tomar las riendas en un mundo incierto y volátil.
Datos sin fronteras
Como gestores, ya no tenemos restricciones que nos obliguen a vivir en los límites de una herramienta concreta. La interoperabilidad permite que tomar decisiones sea más rápido, simple y automático que nunca.
Con la llegada de dispositivos, sensorización y otros elementos en la planta de producción, en el almacén y hasta en las flotas, las cadenas de suministro de hoy son muy diferentes a las de las de la última década.
La mayoría de las organizaciones utilizan un amplio número de soluciones muy sofisticadas para infinidad de necesidades y aplicaciones distintas. Son perfectas para su nicho, pero no se integran tan perfectamente como nos gustaría.
No se trata de potencia ni de capacidad tecnológica, sino de interoperabilidad, integración y colaboración: es decir, de unir personas, tecnología y datos para tomar mejores decisiones.
Uniendo tecnología, datos y personas: una visión integral
Estoy seguro de que muchos lectores de esta publicación deben informar periódicamente sobre el uso de una variedad de herramientas (herramientas ERP, sistemas de gestión de transporte y almacenamiento, etc.) y fuentes de datos, incluidas las de proveedores y minoristas. Y a pesar de la innovación tecnológica de la última década, uno de los principales desafíos para muchos líderes y operadores de la cadena de suministro es simplemente obtener una visión consolidada de su ecosistema de datos.
[sumario]Es esencial que el sector apueste por el desarrollo de plataformas tecnológicas geográficas que permitan unificar e integrar visiones y necesidades.[/sumario]
Es ahí donde las plataformas que permitan integrar toda la información en un mismo punto, como los sistemas de información geográfica o GIS, aportan valor. Este tipo de plataformas son elementos transversales que permiten romper la barrera que impide unir la tecnología (con la que ya cuentan muchas empresas), con los datos (de los que están inundadas), y más importante aún: unir estas dos últimas con las personas para, en última instancia, tomar mejores decisiones.
Dado el importante rol que los datos geográficos y espaciales juegan en la cadena logística, es esencial que el sector apueste por el desarrollo de plataformas tecnológicas geográficas que permitan unificar e integrar visiones y necesidades para lograr una toma de decisiones más eficiente e informada.