La Asociación Internacional de Transporte Aéreo, IATA, ha dado a conocer las cifras de junio que presentan una ligera expansión del 1,2% la demanda mundial del transporte aéreo de mercancías.
Aunque débil, esta cifra supone una mejora en comparación con el crecimiento de la demanda de año del 0,9% registrado en mayo. En el primer semestre del año, se registra un mínimo crecimiento del 0,1%, respecto al mismo periodo de 2012.
Si bien anteriormente la tendencia económica mundial ha sido definida por las economías emergentes sólidas y el crecimiento estancado en los mercados desarrollados, actualmente las mejoras en la confianza empresarial se están produciendo en algunos países desarrollados. Sin embargo, la confianza empresarial en general, que es un indicador clave para el transporte aéreo de mercancías, sigue siendo débil.
Leve crecimiento en los mercados europeos
De mayo a junio, los volúmenes de carga a nivel mundial aumentaron un 0,8%. Una cuarta parte de esa mejora se debió a las compañías aéreas europeas, que vieron un crecimiento del 0,9% en la demanda con relación a mayo, y del 2,6% más que en comparación con junio de 2012. Por el contrario, las compañías de Asia y el Pacífico y las líneas aéreas de América del Norte registraron descensos de 1,8% y 1,2%, respectivamente.
Es demasiado pronto para decir si junio fue un punto de inflexión positivo después de 18 meses de estancamiento, aseguran desde IATA. Los volúmenes de carga aérea están en su nivel más alto desde mediados de 2011, no obstante el entorno económico mundial sigue siendo débil, y la base para la aceleración del crecimiento de la carga aérea en junio parece ser frágil.
A principios de este mes IATA lanzó la edición de julio del Índice de Confianza Empresarial que mostró que casi el 58% de los encuestados esperan aumentar los volúmenes de carga en los próximos años. A pesar de ello, un porcentaje mayor de los encuestados (72,2%) no espera cambios en los rendimientos de carga a pesar de su aumento previsto de la demanda durante el mismo período.
Así, la tendencia macroeconómica sigue siendo un reto y la reciente disminución en los pedidos de exportación globales no son un buen indicador del crecimiento del negocio.
Los volúmenes de carga de las compañías europeas crecieron un 2,6% respecto a junio de 2012. Aunque la zona euro se mantiene en recesión, hay algunos signos de estabilidad. Por ejemplo, la actividad manufacturera se contrajo a su ritmo más lento en 16 meses, aliviando la presión sobre las economías clave como Italia, España y Francia.