El número de comercios tradicionales y de barrio que actúan como puntos para la recogida o entrega de envíos es cada vez mayor y se vislumbran como la solución al problema de la última milla.
La sostenibilidad es la principal ventaja de las entregas fuera de casa, según la empresa barcelonesa Kanguro, pues se evitan las entregas fallidas y se reduce el número de desplazamientos al domicilio.
Optar por la recogida en lugar de las entregas puerta a puerta puede reducir un 46% las emisiones de CO2 en las ciudades, indican. El cliente, por su parte, tiene la posibilidad de recoger el paquete cuando más le conviene, evitando tener que estar presente en casa en la franja horaria estimada.
Por su parte, los comercios obtienen una comisión por cada paquete recogido y no les supone ningún coste. También pueden aumentar su visibilidad, pues tienen bastante más afluencia de público.
Sin embargo, hasta ahora el servicio de entrega fuera de casa no terminaba de despegar, en parte por falta de puntos de referencia, por lo que el 90% de las entregas todavía son a domicilio.
En Barcelona, el Ayuntamiento quiere potenciar este método y trabajará para intentar que el 40% de las entregas de paquetería sean en puntos físicos situados hasta a 200 metros del domicilio del cliente.
Para impulsar el sistema, Kanguro propone una red logística agnóstica, de manera que sus puntos puedan recibir y entregar paquetes de todos los operadores logísticos.
Hasta ahora, cada operador logístico ha operado con unos comercios concretos, por lo que el ciudadano se tenía que desplazar a distintos sitios para recopilar todos sus envíos, pero de este modo podría recoger todos sus envíos en el mismo.