Una buena planificación de la cadena de suministro puede recortar gastos innecesarios, mejorar el servicio a los clientes, reducir el desperdicio y ser más sostenibles.
El punto de partida, según ToolsGroup, es comprender mejor la demanda para predecir con precisión cuántos productos necesita, dónde y cuándo, logrando poner en marcha una estrategia de inventario más eficiente.
Se estima que una planificación inteligente puede reducir los costes de transporte entre un 2% y un 5%, al disminuir los envíos urgentes directos al cliente o los transfers dentro de la propia red de distribución. Al mismo tiempo, la reducción de transfers entre almacenes o de envíos innecesarios conlleva menos emisiones de carbono.
Por otro lado, reducir el inventario con una gestión de stock óptima e inteligente minimizará la cantidad de espacio requerido para el almacenaje, reduciendo los costes de energía, calor y amortización.
Por ello, una planificación inteligente de la cadena de suministro y de los stocks puede traducirse en una reducción de los costes de almacenaje de entre un 12% y un 25%.
El siguiente paso debe ser optimizar la cadena de suministro, pues un vehículo o contenedor que circula vacío o parcialmente lleno desperdicia espacio y combustible, generando un exceso de emisiones de carbono.
En este sentido, las empresas que tienen su propia flota de transporte pueden aprovechar los regresos de sus vehículos para agrupar posibles retornos de sus clientes y optimizar su capacidad de carga, mejorar su eficiencia y equilibrar los inventarios.
Planificación de la producción
En cuanto a la fabricación, los sistemas de planificación permiten organizar la producción de un modo más eficiente, reduciendo la necesidad de horas extras en planta, y minimizando el impacto en épocas pico y valle.
También puede usarse para reducir las transiciones en la fabricación de los productos y luchar contra la variabilidad de la demanda. Esto garantizará el cumplimiento del cronograma de fabricación y reducirá la necesidad de ejecutar lotes pequeños para completar pedidos de artículos fuera de stock.
Además, al evaluar los requisitos de producción en un horizonte más lejano, se podrán planificar mejor las campañas para minimizar el arranque y apagado de los equipos, lo que conserva la energía y reduce las emisiones.
Por otro lado, en el caso de los productos perecederos, una mejor visibilidad del inventario y de la fecha de caducidad, permitirán adelantar los lotes que están en riesgo y evitar la obsolescencia. Una planificación inteligente del inventario puede reducir el stock obsoleto entre un 5% y un 20%.
En esta línea, los sistemas de optimización de inventario de última generación permiten también definir un stock mix que tiene en cuenta la vida útil del producto para maximizar su frescura y minimizar el riesgo de obsolescencia.