Entre las novedades que incluye el Real Decreto 284/2021, aprobado el pasado 20 de Abril, y por el que se actualiza el contenido de la formación CAP de los conductores profesionales de transporte por carretera, se encuentra las relativas a las actividades de transporte que están exentasde que sus conductores cuenten con la referida certificación.
De la lista de exenciones, queda fuera la actividad del transporte de residuos domiciliarios, es decir, el transporte de basuras, que si bien siempre había estado incluido en la relación de servicios de transportes sujetos a formación CAP, incomprensiblemente fue excluido de dicha obligación con ocasión de la modificación del ROTT aprobada en 2019.
Todo ello a pesar de la alta accidentalidad que sufre este tipo de vehículos debido a sus constantes arranques y paradas que realizan en la vía pública para el desarrollo de su actividad, el sobrepeso que en muchas ocasiones transportan una vez cargados y las horas de conducción que realizan diariamente hasta los vertederos para la descarga y tratamiento de los residuos transportados.
Han sido numerosos los accidentes de tráfico en los que se han visto involucrados los camiones de recolección de basura, provocando en ocasiones el fallecimiento tanto de peatones como de otros usuarios de la vía, por lo que desde Fenadismer no se consideraba razonable excluir a los conductores de este subsector de actividad de la formación CAP exigida al resto de conductores profesionales, cuyo contenido se basa preferentemente en aspectos relativos a la seguridad.
Ante esta situación anómala, el Ministerio de Transportes ha decidió volver a incluir la obligatoriedad de que los conductores profesionales dedicados a la recogida de la basura cuenten con el permiso CAP, lo que afectará a aproximadamente unos 7.000 trabajadores en toda España.
El tacógrafo, también
Por otro lado, y con ocasión de un nuevo Decreto que en la actualidad se está tramitando, el Ministerio de Transportes tiene previsto obligar próximamente a que los camiones de la basura vayan también provistos de aparato tacógrafo, cuando los recorridos a realizar superen los 50 kilómetros de distancia desde su centro de explotación.
Esto resulta cada vez más habitual, dada la cada vez mayor lejanía de los vertederos a los núcleos de población donde se generan los residuos, recorriéndo en algunos casos cientos de kilómetros para que los camiones puedan descargar los residuos en las plantas de tratamiento.