Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, con la colaboración de Europol, han desarticulado una organización criminal que se dedicaba a la falsificación de tarjetas bancarias, que se utilizaban para el pago en peajes de autopistas de España, Francia, Alemania e Italia.
Según informaciones del Ministerio del Interior, se ha detenido a 24 miembros, 20 de ellos de nacionalidad rumana, dos españoles y dos cubanos, en las provincias de Barcelona, Gerona, Tarragona, Zaragoza y Castellón que habrían defraudado más de 500.000 euros.
Asimismo, se han practicado un total de 18 registros domiciliarios y tres en sedes de empresas de transporte, donde se han desmantelado once talleres de falsificación de tarjetas, intervenido cerca de 15.000 tarjetas así como soportes en blanco para la inserción de la información de tarjetas, listados de numeraciones de tarjetas, gran cantidad de material informático, una impresora térmica, 19.770 euros en efectivo, y cuatro vehículos de alta gama.
La investigación es fruto de la cooperación policial internacional, dentro del marco de Europol y especialmente de su Centro Europeo de Ciberdelincuencia,.
El análisis de la información obtenida a través de dicha colaboración policial, permitió la identificación de gran cantidad del fraude cometido en España y Francia fundamentalmente, con motivo del transporte de mercancías intraeuropeo.
Con la información del fraude generado diariamente en las empresas emisoras de tarjetas para el pago de los peajes en las autopistas y el análisis realizado por Policía Nacional y Guardia Civil sobre más de 30.000 transacciones fraudulentas, se pudo identificar un núcleo relevante de empresas de transporte así como de las matrículas de los vehículos presuntamente implicados en el mismo.
Organización empresarial
El entramado desarticulado contaba con la colaboración de diversas personas que actuaban como auténticas empresas, cuya finalidad era la venta de sus productos al mayor número de clientes posibles. Los beneficios obtenidos los reinvertían en la compra de nueva materia prima así como en adaptar sus técnicas y metodologías de falsificación para ampliar su “cuota de mercado”.
Los distribuidores de tarjetas fraudulentas actuaban a modo de comerciales que, a mayor número de clientes obtenían mayores comisiones. Incluso realizaban acuerdos, ofrecían ventajas, descuentos, etc., al objeto de incrementar su cartera.
La investigación desarrollada por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha permitido identificar una organización criminal asentada en España, en la que estarían implicadas varias personas dedicadas casi en exclusiva a la falsificación y distribución de tarjetas falsificadas para el pago de los peajes en las autopistas en diversos países europeos.