DHL lleva a cabo reparto urbano con barcazas y bicicletas en Ámsterdam desde 2017.
Aparte sus canales, algo que llama poderosamente la atención mientras se pasea por las calles de Ámsterdam es el impresionantemente alto número de bicicletas que se mueven por cualquier lugar y en cualquier dirección de un modo que es, al mismo tiempo, caótico y ordenado.
La orografía de esta urbe neerlandesa tiene dos características esenciales que la convierten en una rareza entre las ciudades europeas. Por un lado, cuenta con una amplia red de canales que vertebran su urbanismo y condicionan el movimiento de personas y mercancías, mientras que, por otro lado, su perfil llano, sin apenas elevaciones, facilita el uso de la bicicleta como modo de transporte, pese a las condiciones climatológicas.
Esta combinación de canales y bicicletas, en un núcleo urbano relativamente pequeño, propicia nuevos modelos para la distribución de última milla en los que se utilizan de manera combinada dos o más modos de transporte, con el fin de colocar la mercancía en el centro de la ciudad.
Este es el caso de DHL, que desde 2017 viene utilizando un modelo intermodal para el reparto urbano de mercancías que combina el uso de barcazas con bicicletas, junto con centros urbanos de distribución que, además de como almacén, también actúan como consignas para la recogida y entrega de paquetería, ofreciendo nuevas alternativas para que más clientes se vayan acercando al comercio electrónico.
En concreto, el operador envía mercancía desde sus plataformas a un muelle en el centro de Ámsterdam en una barcaza, desde la que los repartidores en la ciudad recogen los pedidos para su entrega final en bicicleta o vehículo eléctrico, y con la que se realizan más de 5.000 entregas con cero emisiones a la semana en el área metropolitana de Ámsterdam.
Pese a que este modelo parece especialmente diseñado para una ciudad como Ámsterdam, el sistema puede aplicarse a otras ciudades.
Un modelo extrapolable
Pese a que este modelo parece especialmente diseñado para una ciudad como Ámsterdam, "el sistema puede aplicarse a otras ciudades", tal y como explica Ronald Leunisse, director general de DHL Express Países Bajos, aunque no cuenten con una red de canales tan densa como la de la urbe neerlandesa.
De hecho, la experiencia de DHL en la urbe neerlandesa es un piloto de nivel europeo que la compañía germana lleva a cabo con el fin de "que sea fácilmente extrapolable", como afirma Leunisse. Para ello, más allá del modo en que se realice el reparto de última milla, la experiencia de Ámsterdam sirve, como indica el director general de DHL Express Países Bajos, para trazar flujos entre los puntos de abastecimiento y los hubs urbanos que la compañía ha desarrollado.
La alemana ya cuenta con un total de 14 hubs urbanos en dos ciudades neerlandesas con lo que realiza servicios de cero emisiones, algo de especial relevancia en ciudades históricas europeas que poco a poco van viendo cómo se incrementan las restricciones de acceso.
Otras experiencias
Precisamente en el uso de los cauces fluviales como vías de acceso a núcleos de población para la distribución urbana de mercancías, Segula Technologies trabaja en el desarrollo de un nuevo sistema de transporte marítimo, basado en un motor híbrido eléctrico y gas, que propone llevar la mercancía directamente al centro de las ciudades mediante una infraestructura mínima y automatizada
El sistema, que puede utilizar con almacenes urbanos integrados y vehículos sostenibles para el reparto de última milla, es hasta dos veces menos contaminante que el transporte en carretera, ya que reduce directamente el número de vehículos necesarios para transportar mercancía del centro logístico o los almacenes a la entrega en final a domicilio o punto de recogida.
Segula propone un sistema de transporte marítimo con motor híbrido eléctrico y de gas.