Las furgonetas con motor de combustión emiten unas cantidades considerables de CO2, y aunque los motores eléctricos de baterías sí están libres de emisiones, son solo una alternativa con ciertas limitaciones de autonomía y que requiere mucho tiempo para completar la recarga.
En este sentido, las distancias diarias de 800 kilómetros son comunes en la logística exprés, lo que requeriría el uso de baterías de 300 kWh si no se realizan paradas para recargar.
"Por lo tanto, encontramos aquí un área sensible de aplicación para la pila de combustible de hidrógeno en la logística de larga distancia", explica Eric Plekkepoel, director ejecutivo de ABT e-Line, filial del Grupo ABT especializada en transmisiones alternativas.
La marca ha ganado mucha experiencia en la integración de unidades de pila de combustible en dos grandes proyectos Tier 1. Posteriormente, ha presentado dos vehículos eléctricos de prueba en la IAA de Hannover en septiembre, y ante la demanda del mercado, ha decidido iniciar la producción en seriede la mano de diversos socios.
Al configurar los vehículos de prueba, ABT e-Line se ocupó de la integración del sistema de pila de combustible, la seguridad de todo el vehículo, el proceso de fabricación y más tarde, de las pruebas en carretera.
También se integró un tanque de hidrógeno de 700 bares y se consiguió un aumento de la autonomía de varios cientos de kilómetros, con lo que es necesario repostar incluso más tarde que con los modelos diésel comparables. Además, repostar es mucho más rápido que recargar las baterías de vehículos eléctricos.
Incluso si en el futuro de la movilidad predominan los vehículos eléctricos de batería por razones de eficiencia, la pila de combustible ofrece un enorme potencial para aplicaciones específicas, como el sector de las furgonetas.