La importancia de la digitalización en el sector marítimo ha aumentado significativamente en los últimos años, por la necesidad de facilitar la transición hacia un transporte más seguro, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
La digitalización, de hecho, se está convirtiendo en un elemento crucial a medida que el sector se esfuerza por descarbonizarse, y el uso de tecnologías digitales puede impulsar significativamente la eficiencia operativa, la resiliencia, la sostenibilidad y la innovación.
Sin embargo, la aplicación efectiva de la digitalización requiere una coordinación sustancial entre las partes interesadas y las iniciativas digitales.
En este contexto, el Consejo Marítimo Internacional y del Báltico, Bimco, ha presentado un documento junto a China, Liberia, Corea, Singapur, Emiratos Árabes Unidos y la Organización Internacional de Normalización, ISO, abogando ante el Comité de Facilitación de la Organización Marítima Internacional por el desarrollo de una estrategia global en este ámbito.
El Comité ha estado debatiendo sobre ello con el objetivo de explotar el potencial de la digitalización en lo que respecta a la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad en el diseño de buques, así como en su operativa y en las escalas en puerto.
Para maximizar los beneficios, una estrategia de digitalización debe definir una hoja de ruta clara para la organización, mejorando la normalización, armonización e integración de las soluciones digitales.
Además, las partes dependen de la fiabilidad de los datos, de un intercambio sin fisuras y de la compatibilidad entre la infraestructura de tierra y los equipos de a bordo.
Riesgos en la aplicación
En una encuesta realizada este año por Bimco, IAPH, IFSMA y Fonasba, se demostró que el 40% de la industria desconocía la resolución de la OMI que ordena el uso de una Ventanilla Única Marítima a partir del 1 de enero de 2024, mientras que sólo el 36% de las escalas portuarias se gestionan mediante un intercambio de datos totalmente electrónico, pese a que la automatización de ciertos procesos mejoraría la precisión y rapidez de los datos intercambiados y aliviaría a las tripulaciones.
Otro ejemplo, de naturaleza más técnica, es el formato electrónico de intercambio de rutas de navegación, que probablemente se incluirá en la revisión de ECDIS (Sistema de Información y Visualización de Cartas Electrónicas).
Este formato permite transferir las rutas creadas en un ECDIS a otros modelos de ECDIS, así como a otros equipos como radares, sistemas de seguimiento de buques o herramientas de planificación en tierra. En los últimos años, también se ha utilizado para proporcionar a los buques rutas de referencia e informar sobre el viaje previsto.
El 40% de la industria desconocía la resolución de la OMI que ordena el uso de una Ventanilla Única Marítima a partir del 1 de enero de 2024.
Sin embargo, una aplicación no del todo coherente ha limitado el pleno aprovechamiento de su potencial, debido principalmente a la falta de coordinación inicial por parte de un organismo u organización central.
Se prevén riesgos similares para otras iniciativas de digitalización, como el desarrollo de un marco normativo para los buques autónomos, la mencionada Ventanilla Única Marítima y las firmas digitales, fundamentales para garantizar la autenticidad y seguridad de la información transmitida.
Es evidente, por tanto, que muchas tecnologías emergentes requieren un enfoque coordinado dentro de la OMI y entre la OMI y otras organizaciones intergubernamentales.
Ventajas de la digitalización
Una estrategia global en materia de digitalización podría ofrecer al sector marítimo numerosas ventajas. Entre ellas, promover la adopción de formatos electrónicos, mejorar la armonización de los datos y garantizar la interoperabilidad de los sistemas en todas las plataformas y sistemas digitales.
La racionalización de los procesos digitales facilitará un intercambio de información más eficaz y eficiente entre buques y puertos, con el consiguiente ahorro de tiempo y reducción de los costes operativos.
Además, la estrategia podría estimular enfoques innovadores en el diseño, construcción y explotación de buques.
En cualquier caso, la OMI debería asegurarse de que todas las partes interesadas, incluidas las ajenas a la organización, conozcan la estrategia y se alineen con su agenda digital, promoviendo una mayor colaboración entre ellas, una adopción más amplia de las normas y, como resultado, una aplicación más eficaz de las soluciones digitales.
En consecuencia, la aplicación de una estrategia de este tipo representará un paso importante hacia el aumento de la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad del sector marítimo.