La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, Asedas, ha organizado recientemente la jornada “El envase como herramienta de la distribución de alimentos y bebidas”, en la que se ha vuelto a pedir flexibilidad, coherencia y enfoque hacia la competitividad en la aplicación del Reglamento de Envases y Residuos de Envases, que acaba de aprobar el Parlamento Europeo.
La situación en España es especialmente compleja por la aplicación en paralelo del Real Decreto de Envases y Suelos Contaminantes, que exige que los distribuidores cuenten con, al menos, cinco referencias de envases reutilizables y su correspondiente sistema de recogida en tienda en 2025.
El director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, cree que “el retorno de envases depende principalmente de la creación previa de un sistema operativo con la participación inexcusable de fabricantes, plantas de clasificación, limpieza y rellenado y de operadores logísticos, que no existe en España, y cuyo desarrollo futuro debe encajar en las orientaciones -mucho más complejas- del futuro Reglamento”.
Por ello, se impone la necesidad de acompasar el Real Decreto español al Reglamento europeo desde un enfoque coherente y bajo el prisma de la competitividad: “Lo coherente es que las empresas -envasadores, comercio y operadores logísticos- trabajen para adaptarse al nuevo Reglamento porque la coexistencia de sistemas de envases reutilizables y retornables de un solo uso exige de un plan de adaptación industrial y de inversiones muy potente y desconocido en España”.
Por lo tanto, la armonización entre normas es necesaria para aplicarlas, pasando por la medición de su impacto. “Las obligaciones impuestas sin diálogo y sin análisis sólo nos llevarán a la incrementar los costes y a retrasar el cumplimiento de objetivos. España los logrará, pero sin necesidad de imposiciones”, afirmó el director de Asedas, que defendió el modelo español, caracterizado por el equilibrio entre el sector horeca y la distribución, y por el uso de materiales y flujos de recogida.
Evolución hacia la descarbonización
Este análisis tuvo lugar en el marco de la presentación de los II Indicadores de Sostenibilidad de Asedas, que muestran una evolución hacia la descarbonización por parte de las empresas de la organización. En el control del desperdicio alimentario, el índice alcanza el 0,6%, teniendo en cuenta el resto sobre los alimentos consumidos y los valorizados como subproducto.
Mientras, el uso de envases de transporte reutilizables ha aumentado, pasando de representar un tercio del total en 2022 a la mitad en 2023. Además, los envases domésticos declarados por los supermercados contienen alrededor de un 20% de material reciclado.
En cuanto a la proporción de la inversión en medidas de eficiencia energética, ha pasado de un 5% o 10% al 29%. Estas inversiones optimizan el consumo energético, reducen los impactos medioambientales asociados y reducen costes operativos.
Finalmente, en 2023 se ha logrado reducir la huella de carbono en más del 15% respecto a 2019, y se ha registrado una tasa de reciclaje de residuos de un 88%, lo que indica una mejora en la gestión de residuos de las empresas respecto al año anterior, que fue del 77%.