Las empresas químicas deben abordar la planificación de su cadena de suministro y su logística, además de adoptar la digitalización y la IA para estar preparadas para el crecimiento futuro. Así se refleja en un estudio realizado por Miebach, en colaboración con Solventure y Aimms, según el cual la creciente presión de los costes de almacenamiento y de transporte se ha convertido en la principal preocupación de la industria química.
Esto se refleja en la adopción generalizada de medidas de reducción de costes como respuesta al descenso de las ventas y a la inflación, lo que hace que el objetivo de la neutralidad de CO2 pase a un segundo plano. De hecho, una de las conclusiones más sorprendentes es la escasa prioridad concedida a la neutralidad de carbono, calificada por los participantes como la tendencia menos importante.
El estudio destaca, en cambio, la importancia concedida a la transparencia, a través de una mejor comunicación y un diálogo más estrecho, con las empresas reconociendo la necesidad de una mejor visibilidad y coordinación a través de sus cadenas de suministro.
No obstante, mientras casi la mitad de los encuestados se sienten preparados para mejorar la transparencia y la comunicación, sólo un tercio afirma estarlo para hacer frente a las presiones de costes o para adaptar las cadenas de suministro a las necesidades de los clientes.
Digitalización
Asimismo, a pesar del revuelo y la difusión de la transformación digital, la adopción de la digitalización y la IA en la gestión de la cadena de suministro por parte del sector químico sigue siendo limitada. Ninguno de los participantes está utilizando gemelos digitales ni se planea implementarlos en 2024, una situación muy similar a la de las torres de control de almacenamiento.
En cambio, la automatización robótica de procesos y el análisis de Big Data ya han sido adoptados por algunos encuestados. Por último, dos tercios de los participantes tienen previsto utilizar la IA para la optimización del inventario en 2025.
En cuanto a la planificación estratégica, se produce de forma esporádica, a menudo sólo cada dos o tres años o bien bajo demanda, y más del 40% de los encuestados afirma recurrir a consultores internos o externos. El predominio de herramientas tradicionales como Excel y los sistemas ERP sugiere que las soluciones digitales avanzadas aún no están plenamente integradas.
En este sentido, aunque las empresas reconocen la necesidad de una planificación más profesional de la cadena de suministro, su capacidad de actuación se ve limitada por la escasez de presupuestos y recursos.
