El masivo adelanto de compras de diciembre dispara la volatilidad de las cadenas de suministro a escala global

El masivo adelanto de compras de diciembre dispara la volatilidad de las cadenas de suministro a escala global, con las principales multinacionales intentando generar stocks de seguridad.

14/01/2025 a las 11:53 h
Pese a la intensa actividad de compras, la demanda global no acaba de despegar.
Pese a la intensa actividad de compras, la demanda global no acaba de despegar.

El indicador de volatilidad en las cadenas de suministro que elabora S&P ha vuelto a crecer por tercer mes consecutivo el pasado diciembre, cuando se ha disparado la actividad de compras en todo el mundo, con lo que se ha colocado en sus valores máximos desde junio de 2022.

Como muestra de esta situación, las importaciones estadounidenses de productos 'made in China' se ha disparado un 16% en diciembre.

Así las cosas, la inminente llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos parece estar de una tendencia que está llevando a las principales multinacionales del planeta a intentar llenar a marchas forzadas sus inventarios antes de que se inicie la agresiva política arancelaria anunciada por el nuevo presidente electo y que afectará principalmente a China y a la Unión Europea.

Al mismo tiempo, la tendencia también apunta que empresas de todo el mundo detectan nuevos riesgos, geopolíticos principalmente, que pueden afectar gravemente a la resiliencia de sus cadenas de suministro, lo que conduce a la generación de stocks de seguridad, como durante la pandemia.

Sin embargo, al mismo tiempo, la demanda no acompaña estos incrementos globales de los niveles de inventario, especialmente en la Unión Europea, donde, según el último boletín económico del Banco Central Europeo, el panorama para los próximos doce meses pinta de color oscuro, con una baja actividad industrial en la zona económica y una actividad de los servicios a la baja tras el sorprendetemente alto repunte de diciembre.

En este mismo sentido, el Banco Central Europeo achaca esta debilidad de los sectores industrial y terciario de la Unión a su escasa competitividad, especialmente fuera de la zona económica. Al tiempo, las inversiones empresariales también se resienten como consecuencia de la debilidad de la demanda y dejan el campo expedito para la llegada de competidores de otras áreas.

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