
El panorama geopolítico global está alcanzando tal grado de esquizofrenia que los bloques comerciales tradicionales parecen haber saltado hechos añicos en mil pedazos.
Con este panorama, las cadenas de suministro buscan reforzar su agilidad y resiliencia para hacer frente a un contexto cada vez más convulso que podría derivar en un aumento de la inflación y en una posible recesión.
De hecho, en los Estados Unidos ya se empiezan a notar las primeras tensiones en los precios que pagan los consumidores finales como consecuencia de la errática política de aranceles que impulsa la Administración Trump desde que accediera al poder. Por otro lado, Alemania lleva en recesión varios trimestres y las últimas elecciones dibujan un panorama complejo para la gobernabilidad del país.
En este mismo sentido, según el último Agility Emerging Markets Logistics Index, un 54% de los entrevistados entreven una alta posibilidad de recesión para este 2025.
En este contexto, el sector logístico global ve a la situación geopolítica como el principal riesgo para la economía mundial y también para el sector logístico a escala global, con la posibilidad de que se produzcan nuevas disrupciones que afectarían a las cadenas de suministro más globalizadas y alargadas.
De igual modo, en el sector también persisten las preocupaciones por el impacto de la gestión logística sobre el medioambiente y cuestiones relacionadas con la ciberseguridad de la cadena.
Así mismo, el estudio también apunta que se está produciendo una reconfiguración de los flujos comerciales que beneficia los enlaces con América del norte, el África subsahariana y el sureste asiático fuera de la India y China.
Precisamente en relación con este último país asiático, un 54% de los entrevistados para el trabajo apunta que trabaja para desligar su producción y sus compras de China antes de 2030.