La producción automovilística mundial vivirá un parón este 2024, en el que apenas se registrará un crecimiento porcentual de ocho décimas, debido a la moderación de la demanda, según los datos recogidos en un reciente informe de Crédito y Caución.
A nivel global, parece que, tras el fuerte dinamismo de 2023, los elevados tipos de interés pesan sobre la producción y las ventas de vehículos.
Además, en este mismo sentido, las interrupciones del suministro derivadas de los ataques a buques en el Mar Rojo seguirán siendo un riesgo para el sector.
De manera particular en Europa, donde la producción de automóviles crecerá al 1,6% en 2024, la aseguradora de crédito previene de un incremento de las insolvencias y los impagos entre los pequeños y medianos proveedores.
Por otra parte, el proceso de transición energética que vive la automoción a nivel global podría provocar que muchos proveedores no tuvieran los medios tecnológicos o financieros para mantenerse en la cadena de valor.
A su vez, en muchos mercados avanzados, se observa que los consumidores contienen el gasto a pesar de la normalización de la inflación y la recuperación gradual de los salarios reales, debido a los tipos de interés.
En este contexto, el análisis estima que las principales amenazas para el desempeño de la automoción están vinculadas a riesgos geopolíticos y demográficos. Por un lado, el sector depende de una red mundial de proveedores y es vulnerable al proteccionismo, los aranceles y las interrupciones del suministro.
A su vez, por otro, el envejecimiento de la población implica una disminución de la demanda futura mientras se da un proceso de llegada al sector de nuevos competidores y, en paralelo, la evolución tecnológica puede provocar la obsolescencia de miles de proveedores que en la actualidad fabrican componentes relacionados con los motores de combustión