Las principales organizaciones de la cadena de valor del gran consumo han reclamado al Gobierno una mayor armonización con la UE de la regulación medioambiental, pues las discrepancias entre la normativa nacional y europea de envases y residuos de envases generan unos elevados costes y problemas de unidad de mercado que pueden reducir su competitividad.
José Mª Bonmatí, director general de Aecoc, Matilde García Duarte, presidenta de Anged, Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, y Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, han reivindicado un marco regulatorio bien orientado, basado en estudios técnicos y que facilite la adaptación de las empresas a la transición sostenible.
Bonmatí ha señalado que el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases no ha tenido en cuenta ni el calendario ni algunas consideraciones del Reglamento Europeo aprobado el 24 de abril, con discrepancias claras en la reutilización de los envases y el marcado y etiquetado.
“En materia de reutilización, el Real Decreto español obliga a que los establecimientos minoristas de alimentación tengan, en función de su superficie comercial, un determinado número de referencias de bebidas en envases reutilizables a partir del 1 de enero de 2025, mientras que el Reglamento europeo no impone objetivos vinculantes hasta 2030”, ha advertido Ignacio García Magarzo.
Desde las organizaciones de la cadena de valor del gran consumo, piden que se tenga en cuenta al comercio de proximidad y el formato tan intensivo que se tiene aquí, además de que no existe la infraestructura para acometer una revolución de tal calado para las tiendas y la logística.
La adopción de esta medida supone todo un reto debido a los actuales modelos de producción, comercialización y suministro. Actualmente, los sistemas de reutilización de envases domésticos en el retail no existen y, para ponerlos en marcha, es necesario desarrollar una nueva industria, con nuevas infraestructuras y nuevos procesos logísticos.
Como resultado, las empresas tendrán que hacer inversiones millonarias para adaptar sus líneas de producción y envasado a los envases reutilizables, todo ello en un contexto de cambio climático y crisis hídrica.
“El comercio tiene que adaptar sus establecimientos y su logística para recoger los envases reutilizables que les devuelvan los clientes, los hayan vendido ellos o no, y sean del operador que sean. Esto implica que cada tienda tendrá que invertir entre 50.000 y 150.000 euros para poder adaptarse a las exigencias de la ley”, recuerda García Magarzo.
Además, la medida no cuenta con un estudio de impacto ambiental y económico que determine en qué condiciones el uso de envases reutilizables retornables es mejor que el sistema actual, y se da por supuesto que el consumidor se va a adaptar al nuevo modelo.
Marcado y etiquetado
Con respecto al marcado y etiquetado de envases de alimentación y bebidas, Mauricio García de Quevedo ha destacado la obligación a partir del 1 de enero de 2025 de que los envases domésticos indiquen en qué contenedor deben depositarse los residuos de los envases, pues el Reglamento europeo marca un calendario más amplio.
“Por otro lado, mientras España no permite el uso de medios electrónicos para informar al consumidor, el Reglamento europeo deja la puerta abierta a que esta información se facilite a través de un código QR”, ha declarado el director general de FIAB.
Además, la nueva ley también obliga a identificar y marcar los envases que sean reutilizables, una obligación que aplica a botellas, barriles, tanquetas, cajas, palets y otros envases. Mientras tanto, el Reglamento europeo de envases aprobará un marcado armonizado distinto, lo que comportará que en territorio nacional se tenga que hacer una inversión adicional.
Por su parte, Matilde García Duarte ha recordado que “el exceso de regulación y la fragmentación del mercado generan unos altos costes para las empresas”, y cree que “es más necesario que nunca adaptar la regulación a la realidad de las empresas, crear un marco estable y seguro, coordinado entre Administraciones y con los países del entorno con unos plazos de adaptación razonables”.
En definitiva, todas las asociaciones representadas en el desayuno han compartido su objetivo común para impulsar un entorno normativo que no reste competitividad y consideran imprescindible que se tenga en cuenta la voz del sector antes de implementar las medidas analizadas.