La Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España, Aldefe, ha publicado el III Informe Anual del Observatorio del Almacenamiento en Frío, que recoge los indicadores del sector en el año 2023 y su evolución a lo largo de los cuatro trimestres.
La ocupación media de los almacenes de productos congelados en España al cierre de 2023 fue del 78,50%, con una variación moderada a lo largo del año, por lo que todavía hay margen para el crecimiento.
El primer trimestre comenzó con un 76,98%, seguido de una disminución al 76,46%, mientras que en el tercer trimestre, se observa un aumento significativo al 78,87%, que se mantiene estable en el cuarto, con un 78,50%.
Por regiones, el comportamiento ha sido bastante heterogéneo, pues ni las tendencias ascendente o descendente, ni la variabilidad de los niveles de ocupación muestran pautas comunes.
Destaca, por ejemplo, Canarias, con una alta ocupación constante en los tres primeros trimestres, con valores de 95,27% en el primero y tercero y un ligero aumento a 95,37% en el segundo, pero que ha finalizado el año con una notable disminución a 85,74% en el cuarto trimestre.
En su caso, en la Comunidad Valenciana se muestra una tendencia al alza en la primera mitad del año, pasando del 72,70% en el primer trimestre al 87,25% en el segundo, seguido de una ligera disminución y estabilización en torno al 84% en los dos últimos trimestres.
Respecto a la facturación del sector, muestra una tendencia general de crecimiento. En el primer trimestre, fue de 101.901.785 euros, seguida de un incremento en el segundo hasta 106.596.105 euros, una ligera disminución en el tercero hasta 104.504.770 euros, y finalmente un notable aumento en el cuarto, con 112.920.880 euros.
Además, la facturación creció un 58,6% en el periodo comprendido entre primer trimestre del año 2022 y el cuarto trimestre del 2023, al pasar de 66.250.788 de euros a 112.920.880 euros, respectivamente.
Al mismo tiempo, en el primer trimestre, la facturación se situó en 14,56 eur/m3, y posteriormente, se observó un incremento hasta 15,23 eur/m3, pero en el tercer trimestre hubo un descenso hasta 14,93 eur/m3. El año terminó con un fuerte aumento, llegando a 16,13 eur/m3.
En cuanto a las toneladas manipuladas por metro cúbico, en el primer trimestre se registraron 0,28, en el segundo 0,27, y en el tercer trimestre, se redujeron a 0,22, manteniéndose en el mismo valor para el cuarto trimestre de 2023.
Pasando a la evolución del número de empleados por cada 10.000 m3, la cifra era de 5,13 empleados en el primer trimestre, incrementándose ligeramente a 5,19 en el segundo.
El crecimiento continuó entre julio y septiembre con 5,33 empleados, culminando en el cuarto trimestre con 5,57 empleados por cada 10.000 m3. Esta tendencia refleja una mayor contratación de personal en respuesta a las necesidades operativas del sector.
En lo referente a las categorías de productos demandados, a la cabeza se encuentran los pescados con el 19,59%, seguidos por las carnes y los elaborados, ambos con el 18,56%, y las verduras, con el 16,49%. A continuación se encuentra el segmento de pan y varios con el 14,43%, los lácteos con el 9,28%, y los productos farmacéuticos, con el 3,09%.
Los datos reflejan un gran dinamismo y capacidad de adaptación por parte de los almacenes frigoríficos, mientras que el aumento del empleo es un claro indicador de la expansión y desarrollo del sector.
Nuevos retos
A nivel tecnológico, el mercado de congelados se enfrenta a importantes retos y oportunidades, pues la hiperpersonalización, el uso de la Inteligencia Artificial y la omnicanalidad están transformando la forma en que los minoristas interactúan con sus clientes.
Por otro lado, el sector se enfrenta a una creciente demanda por el cambio en los hábitos de consumo y se caracteriza por una alta concentración, donde las alianzas, fusiones y adquisiciones están definiendo el panorama.
Destaca, no obstante, la falta de rotación de productos en los almacenes a temperatura controlada, lo cual podría llevar a una disminución en los ingresos y a una caída repentina en los niveles de almacenamiento. Además, la situación política nacional y la geopolítica a nivel global, han contribuido a un aumento en los costes energéticos y la inflación.
Por otro lado, el sector sigue denunciando que no está catalogado como electrointensivo, a pesar de cumplir con los requisitos, lo que le impide competir en igualdad de condiciones con los almacenes privados. Otra dificultad se refiere a la normativa sobre gases fluorados, que está generando incertidumbre en cuanto a las inversiones necesarias.