Un dispositivo desplegado por los Mossos d’Esquadra en Lérida esta semana se ha saldado con el desmantelamiento de un hub logístico dedicado al tráfico ilegal internacional de marihuana.
En esta operación, el cuerpo policial catalán ha detenido a cinco hombres y tres mujeres, a los que se les atribuyen delitos contra la salud pública, en su vertiente de tráfico de drogas, organización criminal, secuestro, lesiones y robo violento.
Así mismo, también se han intervenido 278 kilos de cogollos de marihuana escondidos en una de las naves registradas. En el marco del operativo también se llevaron a cabo doce entradas y pesquisas en Lérida, Vilanova de la Barca, Rosselló y La Roca del Vallès donde se han incautado 3.000 euros en efectivo, 650 dólares, seis vehículos que utilizaba el organización, documentación y soportes electrónicos, dos armas, así como varios tampones y sellos que utilizaba la organización para enmascarar los envíos de marihuana. El destino final de la mercancía ilícita era Alemania, Francia, Italia y Rumanía.
Según la policía autonómica, los detenidos gestionaban un hub de marihuana asentado en Lérida que gestionaba al menos cuatro naves industriales y que operaba a través de cinco operadores logísticos, constituidos con apariencia de legalidad.
La forma de operar de la estructura consistía en proveerse de la marihuana cultivada en Cataluña a través de distintos proveedores. Una vez en sus naves, la depositaban en envoltorios y paquetes de apariencia legal, que se retractilaban en palets enteros que se cargaban camuflados entre mercancía de curso legal dentro de camiones alquilados con chóferes subcontratados, ajenos al transporte ilícito que llevaban a cabo.
Muchos de estos conductores no formaban parte del entramado criminal, sino que eran utilizados como mero instrumento de transporte. De igual modo, los vajes eran monitorizados a través de geolocalizadores y acompañados de forma discreta por miembros de la escala intermedia de la organización, quienes eran los encargados de realizar las transacciones en los países de destino.
Así mismo, para encubrir el tráfico de drogas que realizaba la empresa de transportes, sus miembros desarrollaron mecanismos para falsear las cartas de porte, así como para falsificar sellos y estampas para dotar de veracidad a los paquetes en caso de que alguna autoridad policial, o fiscal, detuviera el cargamento.
Para ello, alternaban los documentos de las empresas que gestionaba la propia trama, o bien utilizaban a otras empresas conocidas de distribución y venta de productos electrónicos o de bricolaje.