La modificación del Reglamento de seguridad contra incendios en establecimientos industriales parece inminente.
En este sentido, un reciente análisis de Savills apunta que finalmente no se exigirá su aplicación a los activos que estén legalizados con una normativa anterior, siempre que los cambios de actividad no supongan un incumplimiento de la normativa que fue de aplicación, algo que se consideraba uno de sus principales impactos negativos sobre el sector inmologístico.
Al tiempo, según la consultora, una de las principales ventajas de la norma es que permitirá mayor flexibilidad al admitirse mayores superficies de sector y recorridos de evacuación más largos, reduciendo la tramitación de prestacionales como era práctica común en muchos casos.
De igual manera, la sostenibilidad es en un pilar fundamental en este ámbito, desde la construcción de instalaciones respetuosas con el medio ambiente hasta la implementación de prácticas sociales responsables.
Sin embargo, por el contrario, también traerá algunas modificaciones que afectarán al diseño de los nuevos proyectos y a la explotación del parque existente.
En este sentido, una de las principales novedades, según Savills, se centra el aumento de gran parte de los valores del poder calorífico de los materiales combustibles y de la densidad de carga de fuego de cada zona con actividad, lo que se traducirá en un aumento de la densidad de carga de fuego ponderada y corregida de los sectores y establecimientos, y por tanto en un aumento del nivel de riesgo intrínseco de éstos.
Así pues, si se mantienen los valores propuestos se estima que muchos de los actuales Riesgos Medio 5 pasarán a ser Riesgos Alto, llegando mucho de ellos incluso a 8.
Ante este escenario, Savills prevé que las naves Tipo C (monousuario) deberían adecuar su sistema de abastecimiento de agua contra incendios, debido al aumento de la autonomía que requiere el Riesgo Alto, y la resistencia al fuego de la estructura.
Por otro lado, las naves Tipo A y B para multiusuario modifican algunos de sus requisitos y la tipología A se subdivide, según la disposición de sus naves, en AV y AH (vertical y horizontal respectivamente).
A nivel de nuevos desarrollos, Savills no prevé una gran afección en las Tipo C, dado que, aunque algunas medidas conlleven mayor coste, al incluirse en la fase inicial del proyecto, considerando el descenso de los volúmenes de contratación que está sufriendo el sector, la mayor competitividad y la estabilización e incluso bajada de los precios de los materiales, la repercusión de esta adaptación al coste total de construcción se prevé que será baja.
Para naves multiusuario habrá que analizar la conveniencia de naves adosadas (Tipo B) cumpliendo los nuevos requisitos y limitaciones, o naves separadas (Tipo C) que permitan mayores superficies de sectores que compensen al menos parcialmente los sobrecostes de los nuevos requisitos.
Finalmente, con respecto al cambio de actividad, si no conlleva que el establecimiento deje de cumplir el proyecto y normativa con las que se registró, no deberá de adecuarse a la nueva normativa, algo que precoupaba en el sector para algunos en los que el cambio de inquilino podría haber provocado que no fuera viable técnica o económicamente la adaptación de los activos a las nuevas exigencias.