Ante la obligatoriedad de la instalación del tacógrafo inteligente de segunda generación antes de que acabe este año para los vehículos que realizan transporte internacional, VDO desarrolla una campaña para facilitar este proceso.
Con esta iniciativa se pretende asegurar una cita a tiempo en los talleres, así como la disponibilidad de material en el momento y lugar adecuado.
Según la compañía, la fase de adaptación a esta nueva tecnología debería estar en pleno proceso, pero la realidad es que las flotas están retrasándolo a la vista de la falta de claridad sobre a quién y cuándo se aplica.
Sin embargo, VDO argumenta que si la transición se planifica con anticipación este cambio, se ahorrará tiempo y dinero, al tiempo que señala que está a pleno rendimiento, suministrando sin problemas el nuevo dispositivo a los talleres especializados, y distribuidores en toda Europa.
En concreto, la marca recomienda que se aprovechen las revisiones periódicas de los tacógrafos a realizar cada dos años o de la propia revisión de mantenimiento del vehículo para instalar el nuevo dispositivo.
Para el fabricante, adelantarse al cambio supone un ahorro a las flotas en cuanto al coste de una visita adicional al taller y permite que los vehículos puedan estar en carretera más rápidamente, reduciendo los costes de inactividad.
De igualmodo, esta campaña también recuerda la posibilidad de solicitar subvenciones autonómicas para facilitar el cambio al nuevo tacógrafo, así como que adelantarse al cambio y asegurarse el cumplimiento de la legislación evita enfrentarse a multas y sanciones o inmovilizaciones de vehículos, así como incluso poner en juego el prestigio de la empresa.
