En su camino hacia una logística sostenible, Girteka ha completado su primer periodo de pruebas con un camión y un semirremolque totalmente eléctricos junto a Nestlé, Volvo, Schmitz Cargobull y BP Pulse.
Este sistema, que se utilizaría fundamentalmente para entregas rápidas, representa un paso crucial hacia la logística de cero emisiones. Aunque en el sector sigue abierto el debate sobre dónde y cómo utilizar los vehículos eléctricos de batería, muchas empresas ya están tratando de encontrar una solución que combine las necesidades de los clientes, las posibilidades de los fabricantes, y las capacidades y disponibilidad de la infraestructura y las empresas de logística.
Precisamente, en las pruebas realizadas se ha determinado que un aspecto crítico de la transición a la movilidad eléctrica es la infraestructura, pues sería necesario el acceso inmediato a estaciones de carga e instalaciones de mantenimiento para vehículos eléctricos y de combustibles alternativos.
Mathias Fleischer, director de la Cadena de Suministro de Nestlé, ha señalado que aunque el transporte eléctrico ha avanzado mucho, ya que ahora es posible recorrer distancias de hasta 250 y 300 kilómetros, es importante mejorar las instalaciones de recarga, así como optimizar el sistema de carga.
En este sentido, Stefan Widlund, director de Electromovilidad de Volvo Trucks, recuerda que el 45% de las mercancías recorren menos de 300 km al día en Europa, una distancia que estos camiones pueden recorrer sin necesidad de recargar, pero si lo hacen, la autonomía será significativamente mayor: "La carga dura 90 minutos de 0 a 80%, pero en muchos casos sólo se carga del 30 al 80% durante el día. Y eso significa que puedes hacerlo durante una pausa programada de 45 minutos".
Recarga
A su vez, Harry Baxter, director de Ventas de Vehículos Eléctricos para Flotas de BP Pulse en Europa, indica que están construyendo una gran red de recarga de alta potencia, que pueden utilizar camiones con semirremolques de 40 toneladas: "No hay que desacoplar los semirremolques, por lo que no aumenta el tiempo de inactividad. Esto hace que las operaciones sean mucho más fluidas y seguras".
En su caso, Boris Billich, director de Seguridad de Schmitz Cargobull, cree que hay que tener también en cuenta que los costes de la electromovilidad dependen en gran medida del coste de las baterías, pero si los cargadores no están dispuestos a pagar más porque las mercancías se transporten en un frigorífico eléctrico, la situación se complica.
"La rentabilidad tiene que venir por la propia operación. Por eso hemos decidido reducir la capacidad de la batería. Puede garantizar con seguridad las operaciones durante un mínimo de cinco horas, pero no cuesta tanto como si utilizaras un paquete de baterías más grande que también reduce la carga útil", explica.
A pesar de los retos, cuando se afrontan en colaboración, como en este caso, los vehículos eléctricos de batería y los semirremolques eléctricos pueden contribuir a alcanzar los más ambiciosos objetivos de sostenibilidad.
