La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha autorizado con compromisos la adquisición del control exclusivo de Ballenoil por Cepsa, puesta en marcha en noviembre del año pasado.
De esta forma, Cepsa pasará a controlar 249 estaciones de servicio de Ballenoil, que serán gestionadas de forma independiente durante al menos tres años.
El organismo regulador estima, una vez concluida su investigación, que los compromisos que ha presentado Cepsa son suficientes para solucionar los problemas que esta concentración supone para la competencia.
En este sentido, Competencia ha identificado riesgos a la competencia en tres entornos, ubicados en las localidades de Barbate (Cádiz), Chipiona (Cádiz) y Nerja (Málaga), de tal modo que, según el análisis de la entidad, en estos entornos no existía ninguna estación de servicio que ejerciese una presión competitiva en precios equivalente a la que ejercían las adquiridas, que se constituían como las más baratas de sus respectivos entornos, especialmente en el entorno de Nerja.
Como consecuencia de esta situación, la Comisión ha concluido que la operación daba lugar a una pérdida de presión competitiva muy importante en estos entornos, con el consiguiente riesgo de incremento del nivel de precios.
Así pues, para solucionar los riesgos detectados en los entornos de Barbate, Chipiona y Nerja, Cepsa presentó una propuesta de compromisos de desinversión de cuatro estaciones de Ballenoil que pasarían a Autonetoil.
Competencia cree que los compromisos son suficientes para solucionar los problemas de competencia detectados y establece que la desinversión se producirá con simultaneidad a la aprobación de la operación, o con un desfase máximo de 15 días naturales para dos de las EESS que serán desinvertidas.
De este modo se cree que se solucionarán los riesgos de manera prácticamente simultánea y se simplificará la vigilancia.
Al tiempo, por lo que respecta a la desinversión de las dos estaciones restantes, que no pueden ser desinvertidas de manera simultánea debido a su situación societaria, Cepsa ofrece una gestión automática mediante la aplicación de una fórmula de precios que garantizará la continuidad del modelo low-cost existente antes de la operación, a la vez que elimina los problemas potenciales de acceso a información sensible de las mismas hasta que se ejecute la desinversión.
De igual modo, para garantizar la continuidad del modelo de gestión low-cost de las cuatro estaciones, la compradora no podrá venderlas, ni firmar contratos de abanderamiento ni de suministro en exclusiva, con ningún operador mayorista considerado operador principal en el sector de carburantes durante cinco años desde la ejecución de la operación.
Además, Cepsa no podrá adquirir estas estaciones durante un período de diez años desde la aprobación de la operación.