A medida que avanza el tiempo, el transporte se posiciona como el segundo mayor emisor industrial de gases de efecto invernadero en la mayoría de los países, instando a un cambio ineludible en la movilidad. La transición energética representa no solo una necesidad ambiental, sino también una oportunidad de negocio y un diferenciador estratégico.
En este contexto, cabe apuntar que en 2022 se vendieron 10 millones de vehículos eléctricos, y para 2023, se prevé llegar a los 14 millones de unidades, lo que representa un aumento del 35%, según la Agencia Internacional de la Energía. Sin embargo, los vehículos comerciales ligeros constituyen un porcentaje mínimo de las ventas en el segmento electrificado.
Una razón es que los vehículos comerciales tienden a ser más pesados y cubrir distancias más largas, lo que ejerce una presión adicional sobre la autonomía de la batería. Los costes de infraestructura para las flotas también son más altos, y hay una barrera psicológica que superar, además de un claro elemento de incertidumbre.
A pesar de ello, la descarbonización trae consigo ventajas innegables, como acceso a programas de renovación de vehículos, repostaje más económico, beneficios de estacionamiento, acceso a carriles especiales y una imagen de empresa mejorada.
En este contexto, DKV Mobility insiste en que para superar los desafíos que enfrentan las flotas pequeñas en esta transición hacia la movilidad eléctrica, es fundamental contar con soluciones integrales de carga y apoyo a los combustibles alternativos.
En su caso, dispone de una red de aproximadamente 21.000 estaciones de servicio para combustibles alternativos y hasta 666.000 puntos de carga para vehículos eléctricos en Europa, ofreciendo soluciones de suministro para flotas rde todos los tamaños.
Además, a través de la tarjeta DKV Card Climate +Charge, facilita el repostaje y la carga de vehículos en la región, ideal para flotas de vehículos puras o mixtas, ofreciendo servicios integrales como el repostaje sin efectivo, el lavado o la facturación colectiva.
Asimismo, la tecnología no solo mejora la eficiencia, sino que también impulsa la sostenibilidad al permitir a los administradores de flotas monitorear el rendimiento de los vehículos y optimizar las rutas, reduciendo las emisiones y los costes operativos. Soluciones digitales como DKV Analytics facilitan la gestión de flotas al proporcionar información clave de manera ininterrumpida.