Bridgestone proyecta una inversión de hasta 207 millones de euros en su fábrica de Burgos, la más grande hecha en España hasta la fecha y una de las más grandes de la compañía en Europa.
Esta inversión tiene como objetivo impulsar la fabricación de neumáticos e implica una serie de planes de innovación tecnológica que se llevarán a cabo hasta 2030.
En concreto, la nueva transformación tecnológica de la instalación burgalesa se centrará en tres ejes: automatización para una mayor productividad, aumento de la capacidad de vulcanización y la creación de un almacén automatizado de gran altura para aumentar el stock de neumáticos recién fabricados, lo que proporcionará mayor flexibilidad en la producción.
La marca estima que este plan de inversiones reforzará las capacidades y operaciones de la planta castellana hasta más allá de 2030, proporcionando una perspectiva de empleo a largo plazo para la fábrica en Burgos, puesto que su estrategia de fabricación evolucionará desde los tradicionales neumáticos de menor diámetro hacia los más grandes de alto valor.
Así mismo, con esta modernización, se estima que la planta de Burgos ahorrará cerca de 410 toneladas de CO2 al año en comparación con los niveles actuales, alcanzando estos ahorros a la cifra de aproximadamente 2.000 toneladas de CO2 no emitidas a la atmósfera hasta 2030.