En su búsqueda de nuevos modelos de eficiencia medioambiental dentro de la cadena de suministros, Bosch ha señalado el HVO es uno de los combustibles renovables clave para avanzar hacia la descarbonización del transporte de mercancías por carretera.
La multinacional alemana está llevando a cabo un proyecto colaborativo con Repsol y Rhenus, en el que están probando el uso del combustible HVO en dos camiones que hacen un trayecto diario de ida y vuelta entre el hub operativo de Rhenus en Irún, la fábrica de Bosch en Aranjuez y el almacén central de Bosch Fabrica Madrid.
En España, las emisiones del transporte por carretera suponen el 92,6% del total de todos los modos de transporte. El HVO, que cumple con las certificaciones de sostenibilidad de la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea, puede lograr una reducción de hasta el 80% de emisiones de CO2, lo que equivale a más de 200 toneladas al año.
Por otro lado, al ser producido a partir de materias primas renovables, es una opción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente en comparación con los combustibles fósiles tradicionales. De hecho, su compatibilidad con los motores diésel existentes hace que no sea preciso llevar a cabo modificaciones en los vehículos.
Este biocombustible, que se consigue a partir de materias primas renovables, como residuos de aceite y grasas vegetales, se encuentra en la agenda de la compañía en su camino para reducir un 15% las emisiones de CO2 en su cadena de valor para 2030 (alcance 3), tomando como referencia el año 2018.
El grupo, no obstante, es neutro en carbono a nivel general (alcances 1 y 2) desde 2020. Para ello, en 2022, las emisiones restantes de 0,7 millones de toneladas de CO2 se compensaron con créditos de carbono.
