La invisibilidad, vista como una condición indispensable de la logística, hace tiempo que dejó de existir. Hemos sido resilientes y ahora demasiado visibles: el causante de todos los males para que nada llegue a tiempo o se perciba como mal servicio logístico. Hay muchos motivos que lo explican, energía, escasez de conductores, guerras, ... Pero es necesario contextualizarlo para estimar la realidad y afinar en el diagnóstico.
La logística es la membrana que todo lo agrupa y lo conecta, pero al mismo tiempo que elástica, es también sensible a todos los temas que con ella están relacionados, y su calidad final, en función de la perfección de sus componentes, puede llegar a ser excelente o estar comprometida.
La crisis de Suez fue una primera y seria alerta sobre la fragilidad de las cadenas de transporte globales y señaló la necesidad de su refuerzo y protección operacional. El Forum Económico de Davos, en su reciente informe Global Risks Report apunta ya a la logística global como uno de los puntos débiles que amenazan la estabilidad y prosperidad económica. Su informe, bajo una mirada logística, puede resumirse en tres áreas básicas que merecen reflexión.
Ranking de riesgos
En primer lugar, el ranking de riesgos. El riesgo del coste de la vida es el primero y más universal. El peligro de colapso del supply chain global (a corto plazo) se sitúa en la posición 17 de un total de 32 riesgos identificados por su severidad, que a largo plazo se reubica en la posición 24. Aunque se menciona que la cadena de suministro es resiliente, es impredecible lo elástica (o no) que ésta puede llegar a ser para dar las respuestas operacionales necesarias en situaciones también impredecibles.
Por otro lado el mapa de riesgos globales muestra gráficamente la cadena de suministro como un gran topo azul, de conexión con todo, pero también de posible afectación de colapso sistemático, siempre en riesgo y conectado directamente con la geoconfrontación, la crisis de las infraestructuras y la crisis climática que aumentará la presión sobre el transporte terrestre.
[sumario]Aunque se menciona que la cadena de suministro es resiliente, es impredecible lo elástica (o no) que ésta puede llegar a ser para dar las respuestas operacionales necesarias en situaciones también impredecibles.”[/sumario]
Por último, la afectación de la cadena de suministro está mencionada a lo largo de todo el dossier y apunta a posibles soluciones para avanzar positivamente en su descongestiónmediante las siguientes recomendaciones: descarbonización, colaboración, flexibilización, incorporación de planes de contingencia funcionales, acortar y auditar los flujos logísticos, y generar también fiabilidad mediante la creación de “Free Flowing Global Supply Chains”. Nuevas cadenas de suministro que eliminen las barreras (operacionales, burocráticas y de diseño) y que obstaculizan la circulación de bienes.
Desde la alianza de cargadores globales, Global Shippers’ Alliance (GSA), nos comprometemos a vigorizar y reforzar la cadena de suministro, trabajar positivamente en favor de la cooperación logística y así fortalecer las cadenas globales de transporte.
Con la creación del “Bill of Cargo Rights”, que dota a la carga de derechos en un marco de responsabilidades compartidas, la responsabilidad es firme para suprimir los obstáculos, agregar a todos los agentes, y aportar la logística del bien común a la hoja de ruta global para que nada colapse.