El actual contexto financiero mundial no debe distraer al sector de la construcción de estos aspectos, que no harán sino cobrar más importancia en los próximos años. El punto de inflexión hacia una construcción más ecológica ya se ha producido, y no habrá vuelta atrás.
El proyecto de Orbassano
El proyecto entregado a Segro Vailog, un almacén logístico de 36.306 m² en Orbassano, en la provincia de Turín (Italia), representa un ejemplo perfecto para el sector de la construcción industrial, gracias a la conciliación de dos aspectos fundamentales: sostenibilidad e innovación.
Este edificio es un motivo especial de satisfacción para GSE, porque ha obtenido la certificación Breeam Excelente y, en particular, porque es el primer edificio de Italia que opta a la certificación Net Zero Carbon del´International Living Future Institute (ILFI).
Esta certificación especialmente ambiciosa, exige trabajar en la reducción de la huella de carbono incorporado del edificio (Embodied carbon) y compensar sus emisiones de carbono residuales (Operational carbon), teniendo en cuenta dos aspectos, como son la elección de los materiales utilizados y el consumo energético del edificio.
Para la construcción del edificio, GSE también se comprometió a no superar emisiones de 500 kg de CO2/m², cumpliendo plenamente el objetivo con 330 kg de CO2/m², un 34% menos que el objetivo.
Para la construcción del edificio de Orbassano se adoptaron soluciones especialmente innovadoras,como el uso de hormigón para cimentaciones y pavimentos industriales con bajas emisiones de carbono, con el empleo de cemento de clase III/B y III/A y la adición de agregados reciclados. El uso de estos materiales cuidadosamente seleccionados redujo las emisiones de CO2 en un 30% y un 25% respectivamente, en comparación con el uso de mezclas tradicionales.
Almacén logístico en Orbassano, en Turín (Italia), que opta a la certificación Net Zero Carbon del´International Living Future Institute (ILFI).
GSE apuesta por el hormigón bajo en carbono
Con este proyecto piloto, GSE ha intensificado su compromiso con ambiciosas medidas para reducir la huella de carbono de sus edificios.Por ejemplo, se ha decidido utilizar hormigón bajo en carbono para su pavimentación, que ahora está incorporando por la mayoría de los proyectos. Representa una transición de gran envergadura, ya que el hormigón representa entre el 20 y el 25% de los materiales utilizados en un edificio y que sigue siendo muy contaminante debido a las emisiones de CO2 del cemento y sus subproductos. El hormigón bajo en carbono sustituye el producto más intensivo en carbono del cemento, como es el clinker, por un material derivado de la economía circular mediante el reciclaje de residuos recuperados.
[sumario]GSE intensificado su compromiso con ambiciosas medidas para reducir la huella de carbono de sus edificios como la utilización de hormigón bajo en carbono para la pavimentación".[/sumario]
Además de su naturaleza virtuosa, el hormigón bajo en carbono no se degrada con el tiempo, beneficiándose de la misma calidad que el hormigón convencional, lo que permite a GSE ofrecer a sus clientes garantía en cuanto a la durabilidad en el tiempo de sus edificios. Sus características técnicas pueden por tanto, adaptarse a los exigentes requisitos de pavimentación de los desarrollos logísticos en particular.
Este hormigón, en el contexto español, emite menos de 210 kg de CO2/m³, mientras que el hormigón convencional puede emitir hasta 300 Kg/m³. Por último, el hormigón bajo en carbono es apto para todas las aplicaciones, incluida la pavimentación industrial y la pavimentación sin juntas en soleras. Por lo tanto, cumple las normas más exigentes y, en particular, el plan de garantía de calidad de los pavimentos aplicado por GSE, que se ha convertido en la referencia para todos los implicados en la construcción logística en Europa
Todas estas ventajas permiten reducir la huella de carbono global de un edificio hasta en un 10%. Aunque el hormigón bajo en carbono es un gran paso adelante y un importante compromiso con el desarrollo sostenible, es sólo el primer paso para GSE, que sigue innovando para que la construcción y el sector logístico sean cada vez más sostenibles. Este enfoque forma parte del Programa de Construcción Ecoresponsable de GSE.
Construcción Ecoresponsable de GSE
Las certificaciones y sellos ya no son suficientes para GSE. Por eso, aprovechando el fuerte crecimiento experimentado en los últimos años, ha puesto en marcha un programa de I+D dedicado a la construcción responsable con el medio ambiente, con el objetivo de aplicar soluciones sostenibles y concretas con resultados visibles en funcionamiento.
GSE se centra en crear un proyecto adaptado a cada cliente, para que los inmuebles comerciales sean más ecoresponsables a través de la reducción de las emisiones de carbono, la eficiencia energética, y la protección de la biodiversidad.
Estos temas clave se hacen eco de las principales características de un edificio verdaderamente sostenible, que se haya diseñado de forma inteligente, construido para minimizar su huella medioambiental al tiempo que se integra en el tejido económico local, frugal en su funcionamiento y que contribuye al bienestar de los empleados que trabajan en él.
Sobre esta base, GSE propone medir los impactos de cada proyecto, con el fin de proponer soluciones eficaces para mejorar y controlar el rendimiento medioambiental.