La OCDE estima que, la descarbonización total del transporte marítimo podría lograrse para 2035.
El proceso de sustitución de los combustibles fósiles por energías más limpias, viene indicado por directivas políticas marcadas por la Unión Europea, a partir de cinco prioridades estratégicas.
La primera de ella consiste en mejorar la eficiencia energética de edificios, productos y transporte. La segunda se centra en la construcción de un mercado único energético con infraestructuras que garanticen la interconexión entre los países de la UE, mientras que la tercera se centra en uniformar los estándares energéticos de la UE.
La cuarta, potencia inversiones en innovación para lanzar fuentes energéticas alternativas y la quinta busca mejorar el marco de relaciones entre la UE y sus principales proveedores energéticos.
El sector del transporte juega un papel fundamental en el proceso de descarbonización, como uno de los principales consumidores de derivados del petróleo.
Por ello, las energías que están llamadas a tener un rol de calado son, tal y ‘como describe en el estudio de Deloitte ‘Una transición inteligente hacia un modelo energético sostenible para España en 2050: la eficiencia energética y la electrificación’, la electricidad y el gas, que tendrán que sustituir paulatinamente al carbón y productos petrolíferos.
Dos opciones
Dos son las opciones principales con dos caminos hacia el futuro del abastecimiento energético, especialmente en el ámbito del transporte terrestre.
La primera apuesta por la electricidad como fuente principal de energía, una tendencia que, como apuntan diversas fuentes, sería demasiado costosa en inversiones y complejo en lo tecnológico.
[sumario]La electricidad y el gas jugarán un papel destacado en el proceso de sustitución paulatina del carbón y productos petrolíferos.[/sumario]
La segunda opción, más realista, busca enfrentar la descarbonización a partir del uso de un mix de energías, entre las que el gas estaría llamado a tener un importante papel, como tecnología testada con un buen aprovechamiento energético.
Según los últimos cálculos de la Comisión Europea, el consumo de gas ha aumentado un 6% anual en 2017, hasta colocarse en su máximo desde 2010 con 491.000 millones de metros cúbicos, pese al descenso registrado en la demanda de esta energía en el último trimestre del ejercicio, cuando cayó un 2%.
El año pasado las importaciones de gas natural licuado han aumentado un 10% para cubrir el descenso registrado en la producción de esta fuente de energía en el continente.
Así mismo, los registros de la Comisión destacan que los países de la cuenca mediterránea son los que más han incrementado el consumo de gas natural licuado en el último año, mientras que se el norte de Europa por la competencia de otras fuentes energéticas.
En España, el consumo de gas natural licuado se ha incrementado un 9% en 2017, según los datos de la Comisión Europea, lo que coloca al país como uno de los que más ha aumentado en el último año, debido, sobre todo, al uso de gas para producir energía eléctrica, debido a la sequía registrada en 2017.
De este modo, España sigue siendo el principal importador de gas natural licuado del continente, con un 31% de las importaciones totales de esta fuente de energía de la Unión Europea.
Otros de los aspectos fundamentales es el almacenamiento, que tiene que ser capaz de hacer frente a picos de consumo, como el registrado en febrero, cuando la salida de gas almacenado llegó a su máximo desde 2011, y la segunda mitad de marzo, con el aumento de gas natural para la producción de electricidad.
A la vista de estas experiencias recientes, las autoridades europeas han abogado por contar con instalaciones distribuidas estratégicamente que puedan dar servicio ante picos de consumo con flexibilidad.
La OCDE estima que, la descarbonización total del transporte marítimo podría lograrse para 2035, incluso teniendo en cuenta que las emisiones de este modo van a incrementarse un 23% entre 2015 y el citado 2035. Para conseguirlo recomienda objetivos ambiciosos de reducción de las emisiones contaminantes, para que la industria impulse el cambio.
Así mismo, la institución también recomienda que se establezca un marco político de actuación para conseguir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes establecidos, a través de medidas que fomenten el uso de nuevas tecnologías y de energías alternativas.
Incentivos financieros
Por último, la OCDE también destaca que para cumplir con los objetivos de descarbonización del transporte marítimo es necesario establecer una serie de incentivos financieros que sirvan para ayudar a las empresas en la transición hacia una economía menos dependiente del petróleo, de forma que la transición no tenga un impacto negativo en los intercambios comerciales internacionales.
[sumario]España es el principal importador de gas natural licuado de toda Europa, con un 31% del volumen total[/sumario]
Como parte de estos esfuerzos, el gas natural licuado está llamado a jugar un papel de importancia creciente.
En este sentido, otro estudio sobre el futuro de los combustibles utilizados para el transporte marítimo elaborado por Boston Consulting Group destaca que el gas natural empezará a cobrar fuerza como energía para el transporte marítimo de mercancías precisamente hacia 2020, lo que parece indicar que la próxima década podría ser la de máxima expansión de este combustible, coincidiendo además con que se fijen a nivel internacional la reducción de las emisiones para este transporte.
En concreto, Boston Consulting Group estima que dado que el retorno de la inversión en el caso de buques transformados para usar gas natural se eleva hasta los siete años, la mayor parte de la flota se decantará por el uso de scrubbers, por lo menos hasta que se generalicen las instalaciones portuarias de gas natural tanto en Europa como en América del Norte, algo que ocurrirá posiblemente hacia 2025.
En este sentido, la OCDE estima que la flota de buques a GNL se encuentra en franca expansión. Según los datos que maneja, a día de hoy, existen en todo el mundo 118 buques alimentados por GNL y espera que se duplique con la incorporación de otros 123 barcos en los próximos años, lo que da cuenta del auge que le espera al gas natural en el futuro inmediato dentro del sector marítimo.