Incertidumbre es la palabra que mejor puede definir el sector marítimo portuario a corto y medio plazo. Una complicada situación geopolítica global, con un ‘Brexit’ todavía sin acuerdo de salida entre el Reino Unido y la Unión Europea, cada vez más próximo; las guerras comerciales entre China y Estados Unidos, que han salpicado en mayor o menor medida a la UE, o los conflictos en Oriente Medio y Venezuela.
Y en medio de todo ello, los desafíos intrínsecos del sector para este año 2019, con la entrada en vigor del nuevo límite global del 0,5% de azufre en los combustibles marinos el próximo 1 de enero de 2020 como principal exponente y que va a poner una enorme presión sobre las navieras
España a la espera.
En España, la desaceleración económica empieza a afectar al sector. Los datos más recientes de tráfico portuario de este pasado mes de febrero han continuado en enero la tendencia a la baja de los últimos meses de 2018, aunque en febrero el movimiento total de mercancías ha crecido con fuerza respecto al mismo mes del año anterior.
El conflicto de la estiba se ha reconducido por el actual Gobierno en funciones con la aprobación del Real Decreto Ley antes de las elecciones del 28 de abril, aunque sigue pendiente el desarrollo de un nuevo marco estratégico del sistema portuario. Puertos del Estado remitió una encuesta a las autoridades portuarias y actores implicados cuyos resultados en un primer momento muestran las diferencias entre los intereses de los grandes puertos y los más pequeños.
[sumario]“El ‘Brexit’, las guerras comerciales entre China y los EE.UU. y los conflictos en Oriente Medio o Venezuela dibujan un panorama poco favorable para el crecimiento del transporte marítimo”.[/sumario]
Finalmente, habrá que esperar también al desarrollo de la recomendación de la Comisión Europea sobre las exenciones fiscales de los puertos españoles, quienes, según la Comisión, deberían tributar normalmente su impuesto de sociedades a partir del 1 de enero de 2020 y han dado un plazo de dos meses a España para la modificación del régimen tributario.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, sin que se haya conseguido llegar a un acuerdo es uno de los grandes desafíos de este 2019. En España se van a ver especialmente afectados los tráficos de los puertos de la cornisa cantábrica, especialmente Bilbao, si bien no debería afectar a los servicios regulares de la actual autopista del mar desde Vigo y la posible desde Gijón.
Medio ambiente y nuevas tecnologías
El mayor reto al que se enfrenta este año el transporte marítimo es la entrada en vigor del nuevo límite global de contenido de azufre en los combustibles marinos. Una norma que, según fuentes del sector, va a costar a las empresas navieras más de 80.000 millones de dólares anuales durante los primeros años.
Los armadores que han optado por instalar depuradores de gases de exhautación (‘scrubbers’) de ciclo abierto en sus buques para poder seguir utilizando fuel oil pesado (unos 2.500, según datos de DNV GL), piden una posición unánime del sector frente a esta tecnología, ya que algunos puertos especialmente importantes, como Singapur, han anunciado su prohibición.
Algunos de los que hayan optado por utilizar combustible reglamentario de bajo contenido en azufre se van a encontrar con el problema de la disponibilidad, la calidad y sobre todo el precio.
En 2019 verán la luz varios proyectos de nuevas tecnologías aplicadas al desarrollo de buques autónomos.
Respecto a la calidad de los combustibles habrá que esperar al desarrollo de una norma ISO para los nuevos combustibles reglamentarios, aunque no se prevé su publicación antes de 2021.
La nueva norma del azufre y los objetivos medioambientales de la OMI para 2030 y 2050 han multiplicado el desarrollo de nuevas (y no tan nuevas) fuentes de energía limpias, tanto para la propulsión de buques como para la maquinaria portuaria. En 2019 se podrá ver que desarrollo real tienen el hidrógeno o la electricidad, presentes ya en varios proyectos europeos.
Finalmente, la aplicación de las nuevas tecnologías y la digitalización al transporte marítimo. Herramientas para el control del tráfico en puertos como Rotterdam para optimizar las escalas de los buques. Iniciativas basadas en Blockchain, aplicado a multitud de frentes: desde el seguimiento de los contenedores desde su puerto de salida a destino, hasta la trazabilidad de los origenes de un biocombustible para determinar su calidad.
Y, por supuesto, los primeros proyectos de buques autónomos, que ya empiezan a navegar.