El frente marítimo del puerto de Santander sumará un nuevo espacio para los ciudadanos con la recuperación de la dársena de Molnedo, una actuación que será fiel a la historia del malecón y respetuosa con la identidad de los elementos que conforman este espacio, actualmente infrautilizado y en mal estado de conservación.
Con un presupuesto de 1,1 millones de euros y un plazo de 10 meses, se desplegará sobre una superficie de más de 5.000 m2 y permitirá recuperar la dársena para integrarla en el frente marítimo consolidado, ordenando los diferentes usos que acoge, al tiempo que se mejora la accesibilidad.
Una vez presentado el proyecto, se aprobará en Junta de Gobierno en el plazo de un mes, al tiempo que ya está en marcha la elaboración del convenio para la cesión de los suelos de dominio portuario. La previsión es iniciar los trabajos después del próximo verano.
El presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, ha indicado que el proyecto se centra en recuperar todos los elementos identitarios del lugar, tanto portuarios como ferroviarios, para ponerlos en valor, y ordenar los usos para que se produzca la mejor convivencia posible entre las diferentes actividades. También ha destacado el compromiso de seguir transformando el frente marítimo de Santander, utilizando la superficie que ya no es productiva para el puerto.
La actuación permitirá culminar una serie de intervenciones urbanísticas que comenzaron hace años en la zona de Puertochico, y contempla la urbanización completa de un paseo de más de 380 metros de longitud y 16 metros de ancho, que culmina en un brazo estrecho de unos 120 metros de distancia y cuatro de ancho.
La actuación prevé mejorar la accesibilidad, renovar el pavimento, dotar a la zona de nueva iluminación mediante nuevas farolas y poner en valor la estructura de 49 arcos que formaliza interiormente el espigón, aprovechando las vistas y la orientación del lugar. Esta arquería será iluminada de manera discreta pero efectiva, resaltando su belleza y su importancia histórica.
Además, dado que el pavimento del dique está deteriorado, la propuesta incluye levantar, limpiar y reinstalar el adoquinado, respetando los materiales originales. En cuanto a los norays, serán reemplazados por otros históricos, gracias a una cesión del puerto.