Si se invirtiesen 1.800 millones de euros en mejorar el estado de las vías convencionales, las más comunes en la red de carreteras de España, podrían evitarse hasta 300 fallecimientos al año y más de 800 heridos graves por siniestros de tráfico.
Así se refleja en el informe ‘Cómo salvar 300 vidas al año en España. La contribución de las carreteras convencionales a la mejora de la seguridad vial con medidas de bajo coste’, elaborado por la Fundación Mapfre en colaboración con la Asociación Española de la Carretera.
“Se trata de una inversión que puede parecer elevada, pero que lleva asociado un retorno socioeconómico incuestionable en un plazo de tiempo muy corto, entre dos y cuatro años”, ha explicado Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, que entiende que, aunque la prevención es la inversión más rentable, "reducir al máximo el número de víctimas mortales y graves a coste cero no es realista".
El informe demuestra que, aunque las carreteras de alta capacidad son las que más tráfico soportan, con un 65% del total, tres de cada cuatro fallecidos en siniestros viales se producen fuera de las ciudades, y alrededor del 50% del total anual proceden de accidentes en vías convencionales, que representan el 89% del total de kilómetros de la red viaria española.
Según los datos de la Dirección General de Tráfico, en 2023 un total de 849 personas perdieron la vida en siniestros que tuvieron lugar en vías convencionales, 21 personas más que en 2022, mientras que en autovías y autopistas, perdieron la vida 296 personas, 24 menos que en 2022.
Medidas propuestas
El estudio destaca que las salidas de vía por la derecha y por la izquierda, así como el choque frontal y el fronto-lateral y los atropellos a peatones, son los siniestros más frecuentes en vías convencionales y representan el 69% de los accidentes con víctimas, el 89% de los fallecidos y el 81% heridos hospitalizados.
Para evitar salidas de vía por la derecha, propone medidas de bajo coste como la instalación de barreras de seguridad, que contribuirían a reducir hasta el 47% de las lesiones en estas carreteras, así como captafaros reflectantes, que pueden mejorar la visibilidad de los conductores y a reducir la siniestralidad un 37%.
También destacan otras como el uso de pavimiento antideslizante en curvas o en intersecciones para disminuir en un 35% la siniestralidad, más líneas sonoras de borde, que supondrían un descenso del 21%, y más balizas o cebreados en los arcenes, donde la disminución sería del 13%.
Asimismo, los siniestros por atropello a peatones también podrían reducirse, en concreto hasta un 60%, si se implantaran medidas de bajo coste, como reforzar la iluminación a lo largo de los tramos próximos a las vías urbanas, además de incorporar sendas peatonales y arcenes o espacios compartidos para viandantes.
Por otro lado, respetar los límites de velocidad reduciría la mortalidad en un 20% y usar el cinturón habría evitado al menos el 10% del total de víctimas mortales durante la pasada Semana Santa. Monclús ha hecho hincapié en la importancia de “revisar a la baja los límites de velocidad en las vías convencionales más estrechas y mejorar el cumplimiento de los límites existentes, que actualmente incumplen tres de cada diez conductores”.
Con estos datos, la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera creen que debeimpulsarse una investigación más exhaustiva de los siniestros muy graves y mortales, y prestar atención especial a aquellos con usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas.