Tal y como ya informó el Ministerio alemán del Interior a la Comisión Europea a comienzos de este mes, las autoridades germanas recuperan este lunes, 16 de septiembre, los controles en sus fronteras terestres con Francia, Luxemburgo, los Países Bajos, Bélgica y Dinamarca.
Así pues, se pueden producir controles policiales en cualquier punto fronterizo del país e incluso se abre la posibilidad de que las fuerzas de orden público denieguen la entrada durante los próximos seis meses en los que estará vigente esta medida.
Estos controles fronterizos tienen como objetivo, según las autoridades federales alemanas, para controlar la migración irregular y para proteger la seguridad interna del país.
Alemania ya mantiene controles fronterizos con Austria que se mantendrán hasta el próximo 11 de noviembre, así como con Polonia, la República Checa y Polonia, que estarán activos hasta el 15 de diciembre. Sin embargo, Alemania tiene la intención de prorrogar estos controles en la frontera con Austria y la República Checa.
Con estos controles se han detectado la entrada de 52.000 inmigrantes irregulares en el país y se ha negado la entrada a Alemania a 30.000 personas.
La policía federal llevará a estos cabos que se pueden establecer a su discreción y, aunque las autoridades afirman que se intentará que su impacto sea mínimo, acabarán afectando muy posiblemente a los tránsitos de mercancías en frontera.