La logística es un sector en constante evolución. La incorporación de novedades tecnológicas, la evolución en la gestión y los cambios en la operativa buscan dar respuesta a nuevos hábitos de consumo y a clientes cada vez más exigentes.
En paralelo, los diferentes actores del ámbito inmologístico se adaptan a una actividad en una búsqueda constante de la mejora continua.
Tras varios años de récords en cuanto a actividad constructora, absorción e inversión, el inmologístico español parece haber iniciado en este 2023 una nueva etapa marcada por nuevos valores como la consistencia y el equilibrio.
Factores como el impulso de la resiliencia, así como el incremento de la omnicanalidad o de proyectos de relocalización industrial y ‘near-shoring’ marcan ahora el camino en el mercado inmologístico español.
Desde hace varias décadas, la actividad logística se ha venido profesionalizando. En paralelo, también se ha ido actualizando el parque de naves logísticas del país. Este esfuerzo, no obstante, tiene visos de que se mantendrá pese a que el comercio electrónico ha reducido un ritmo de crecimiento que se ha sido escepcional en los últimos cuatro años.
La posición geoestratégica de España es un factor que tiene que aprovechar el sector para atraer inversiones y proyectos.
En el horizonte, el inmologístico español parece centrarse en proyectos con superficies más contenidas, un auge de los mercados secundarios y un abrumador predominio de los proyectos llave en mano, con el fin de buscar la seguridad que ofrece contar con un inquilino antes de iniciar cualquier desarrollo.
Pero, al mismo tiempo, también habrá demanda puntual de naves que también impulsará proyectos especulativos.
Por último, también parece que cobran especial relevancia en esta nueva etapa las iniciativas de rehabilitación de activos logísticos e industriales obsoletos, especialmente en zonas de baja disponibilidad muy cerca de los principales núcleos de población del país y con una distribución urbana de mercancías en plena revolución, por los cambios que está viviendo el reparto del canal on-line y el despliegue de zonas de bajas emisiones en las 149 localidades con más de 50.000 habitantes.
En definitiva, el mercado inmologístico se abre a una nueva etapa llena de retos, pero también con la base que supone el sano equilibrio existente entre oferta y demanda, la profunda profesionalización que ha experimentado en la última década y la apuesta decidida de los inversores nacionales e internacionales, convencidos ya plenamente de la rentabilidad que ofrece el sector.
Al tiempo, solo queda que el contexto económico empiece a recuperar el tono. De momento, parece que las tensiones inflacionistas van remitiendo poco a poco, que los tipos de interés están dando un respiro y que remite el riesgo de recesión en Europa.