La logística sanitaria se enfrenta a nuevos desafíos en el abastecimiento del material sanitario para el sistema de salud. La crisis de materias primas, el encarecimiento de los recursos energéticos y el cierre de determinados centros de producción en mercados locales están generando tensiones en la cadena de suministro. S
in embargo, la logística que provee al sistema de salud está preparada para afrontar estos desafíos. La pandemia puso a prueba al sector, que tuvo que desarrollar alternativas y mejorar procesos para asegurar la calidad de la atención asistencial final. Ahora, a pesar de que 2023 presenta importantes incertidumbres y retos en materia de logística y transporte, la cadena de suministro sanitaria cuenta con unos activos más que probados de su gran capacidad de resiliencia.
Entre las variables desafiantes para el sector, figura la guerra en Ucrania, que continúa sin un final cercano ni plausible a la vista. Este conflicto ha agravado la crisis energética y las tensiones inflacionarias, que ya existían previamente, pero que se han acentuado con el conflicto armado. Estos hechos continúan repercutiendo en los costes soportados y, por consiguiente, también en el precio de las materias primas.
Sin embargo, la gestión de las vacunas puso de manifiesto la calidad y la robustez de la logística sanitaria de nuestro país y reforzó la necesidad de contar con un soporte especializado, a través de compañías que proporcionan un abastecimiento eficiente y seguro de materiales sanitarios.
La gestión de las vacunas puso de manifiesto la calidad y la robustez de la logística sanitaria de nuestro país y reforzó la necesidad de contar con un soporte especializado.
Hay consenso en que, a medida que el sector de la logística avanza y se enfrenta a nuevos desafíos, la necesidad de especialización se vuelve cada vez más acuciante. Los materiales sanitarios, como los medicamentos, dispositivos médicos o equipos tienen requisitos únicos, en términos de almacenamiento, manipulación y transporte.
Desde el control de temperatura y humedad hasta la gestión de la trazabilidad y la caducidad, requieren de expertos en logística en el sector sanitario. Esta especialización implica también una actualización permanente en la adopción de innovaciones y la capacidad para su implementación efectiva en los procesos logísticos.
En este sentido, hay que señalar que las soluciones tecnológicas que antes se consideraban disruptivas son hoy una realidad y pueden mejorar el funcionamiento de la logística sanitaria. Entre estas soluciones, figuran el empleo intensivo de la robotización, los sistemas de almacenamiento automatizado, el uso de Inteligencia Artificial para modelos predictivos de demanda, el uso de herramientas de análisis para el control y análisis de procesos, entre otros factores.
Con una estrecha vinculación al desarrollo tecnológico, figura la necesidad de la especialización de la mano de obra. Hoy la logística requiere de personas que gestionen tareas que aporten un valor añadido, ya que muchas actividades operativas están automatizándose. Así, la colaboración entre personas y máquinas se está convirtiendo en una variable con un peso creciente, ya que, aunque aún quede mucho por avanzar, el proceso de implantación y generalización de la IA es ya una realidad.
A pesar de la crisis de materias primas, los procesos inflacionarios o la incertidumbre del contexto actual, la cadena de suministro sanitaria ha demostrado su capacidad de resiliencia y adaptación.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar otro elemento específico que es el de garantizar el cumplimiento de normas regulatorias estrictas en lo relativo a la calidad, que aseguren un abastecimiento seguro y confiable de medicamentos y otros materiales sanitarios.
Por todo ello, la logística sanitaria desempeña un papel fundamental en la prestación de atención médica de calidad y sostenible, pero se trata de un sector altamente dinámico que continúa evolucionando para adaptarse y responder a estas necesidades cambiantes.
A pesar de la crisis de materias primas, los procesos inflacionarios o la incertidumbre del contexto actual, la cadena de suministro sanitaria ha demostrado su capacidad de resiliencia, adaptación y su impulso como sector. Seguro que, en esta ocasión, no será una excepción.