Yang Ming tiene problemas. La naviera taiwanesa, que ha asegurado a sus inversores y consumidores que se encontraba en una situación de estabilidad, ha llevado a cabo una división inversa de sus acciones con el objetivo de reducir su valor, después de que el pasado 19 de abril se suspendieran sus operaciones.
La difícil situación financiera que atraviesa comenzó a ser patente en 2016, al duplicar las pérdidas de 2015. Así, la naviera cerró el pasado ejercicio con un margen neto del 437% en el tercer cuatrimestre, por encima del promedio de la industria, establecido en un 124%, cinco veces por encima del de Evergreen Marine y 12 veces por encima del de Wan Hai, sus competidores nacionales.
En este contexto, desde la consultora Drewry ya alertaron de que Yang Ming, el segundo mayor operador de Taiwán, presentaba el mayor apalancamiento financiero de la industria. En uno de sus informes de enero de 2017, señalaban las semejanzas con Hanjin Shipping, asegurando que la naviera podría seguir sus pasos.
No obstante, el operador informó de que el Gobierno de Taiwán invertiría 1.750 millones de euros (1.900 millones de dólares) y que contarían con una partida adicional de 49,71 millones de euros (54 millones de dólares) procedente de seis inversores privados. Asimismo, manifestaron que recuperarían su rentabilidad en 2017, un objetivo que en vista de la situación actual, podría no cumplirse.
La naviera ha reiniciado sus operaciones el 4 de mayo, registrando un descenso en el precio de sus acciones, pasando de unos beneficios de 0,46 euros por acción a 0,39 euros por acción.
La última operación llevada a cabo en el periodo de inactividad parece no estar dando sus frutos, y en el sector creen que una inversión privada de 49,71 millones de euros difícilmente podrá mantener a Yang Ming en el mercado. Según los analistas financieros, la naviera necesitaría una inversión de 300 millones de dólares en 2017 para evitar la quiebra.
El noveno operador del mundo
La difícil situación de Yang Ming afecta a todo el sector del transporte marítimo de contenedores, que difícilmente puede hacer frente a otra desaparición como la de Hanjing Shipping, que el pasado 17 de febrero fue declarada en bancarrota, dejando una deuda millonaria a sus acreedores.
Ahora, la amenaza de quiebra del noveno operador del mundo podría alterar aún más la situación, a pesar de las declaraciones de The Alliance, la alianza formada por Hapag-Lloyd, K Line, Mitsui O.S.K. Lines, NYK Line Kaisha y la propia Yang Ming, que ha asegurado que trabajarían para mantener el transporte de contenedores si el operador taiwanés cesa en sus operaciones.
Las escasas noticias sobre su plan de recapitalización han generado más preocupación sobre su situación financiera, ya que sus ingresos continúan siendo reducidos.