En los últimos años, Yale Europe Materials Handling ha invertido en diferentes tecnologías, orientando a los clientes hacia las opciones más apropiadas para satisfacer sus necesidades. En muchas ocasiones, las baterías de ácido-plomo son la mejor elección, mientras la propulsión diésel o de GLP suele ser las adecuadas para trabajar de manera continua o en condiciones de temperatura más extremas.
Sin embargo, los clientes se guían cada vez más por el impacto medioambiental de los medios que eligen, así como por el coste total de propiedad. Por ello, las carretillas eléctricas están empezando a ser utilizadas para muchas más aplicaciones.
Una de las soluciones que más popularidad está ganando es la de las baterías de ión-litio, que garantizan una mayor productividad y mejores costes totales de propiedad cuando se emplean para ciertas actividades, como la manipulación de alimentos y productos farmacéuticos, el sector de la automoción, venta al por menor o logística.
Es una tecnología ya madura y ampliamente utilizada, pero los operadores logísticos siguen teniendo dudas sobre si puede proporcionar una ventaja significativa con respecto a las tradicionales de ácido-plomo, y si pueden compensarel coste inicial más alto con una reducción de los costes de explotación anuales.
Aplicaciones más intensivas
Por esta razón, el fabricante se centra en la recogida de datos relacionados con el almacén y el uso de la flota del cliente para elaborar un análisis objetivo basado en sus necesidades. De este modo, es capaz de crear simulaciones que permiten a los expertos guiar al cliente hacia la solución más idónea.
En este sentido, consideran que se trata de una solución especialmente útil en aplicaciones de turnos múltiples, pues no es necesario disponer de baterías de recambio ni cambiar las baterías. Se pueden cargar durante las pausas entre turnos, sin que ello tenga un efecto adverso sobre la vida de servicio de la batería.
A su vez, el espacio usado anteriormente para la carga de las baterías se puede utilizar con fines más productivos, tales como espacio de almacenamiento o producción. Además, estas baterías pueden ofrecer unos costes de explotación generales más bajos en aplicaciones más intensivas.